Desde que Rusia invadió su país hace tres años, el presidente Volodymyr Zelensky de Ucrania ha sobrevivido a un asalto militar en su capital, complots de asesinato, escándalos de corrupción en su gobierno, luchas políticas y contratiempos ominosos en la lucha de su ejército contra Rusia. Contaba con suficiente apoyo de los ucranianos para salir adelante cada vez.
Ahora, con Donald J. Trump instalado en la Casa Blanca, el Sr. Zelensky enfrenta un nuevo desafío: mantener buenas relaciones con el aliado más crítico del país y un presidente que ha sido despectivo hacia él y escéptico sobre la ayuda militar.
La llegada de Trump se produce en un momento delicado para Zelensky internamente. La popularidad creciente que experimentó al comienzo de la guerra, con una calificación de aprobación de alrededor del 90 por ciento, ha estado disminuyendo considerablemente. Las últimas encuestas muestran que el apoyo ha caído a casi el 50 por ciento, y cae aún más en las encuestas que evalúan su popularidad contra posibles competidores si las elecciones se celebraran tras un acuerdo de alto el fuego con Rusia.
Y ha surgido un nuevo punto de conflicto para Zelensky: el resurgimiento de la oposición política en Ucrania, animada por las perspectivas de un alto el fuego y las elecciones que podrían seguir pronto. Sus oponentes también se sienten alentados por la avalancha de críticas que Trump y sus colaboradores han dirigido a Zelensky.
Dos oponentes que compitieron contra Zelensky en las elecciones ucranianas de 2019, el ex presidente Petro O. Poroshenko y la ex primera ministra Yulia Tymoshenko, han contactado con miembros del equipo de Trump. La Sra. Tymoshenko viajó a Washington para asistir a algunos eventos inaugurales el lunes.
Zelensky no asistió a la ceremonia. Había dicho que solo viajaría a Washington si era invitado por Trump.
“Cree en el show de una sola persona, pero no funciona”, dijo Oleksiy Goncharenko, miembro del Parlamento del partido opositor Solidaridad Europea, sobre el papel de Zelensky como rostro de la resistencia ucraniana tras la invasión rusa en 2022. Más pluralismo ayudará al esfuerzo de guerra, dijo en una entrevista: “No somos Rusia”.
Zelensky movilizó a su pueblo y a las naciones aliadas a través de la guerra con videos nocturnos y viajes frecuentes al extranjero. Pero más allá de eso, se ha recluido en un círculo cada vez más estrecho de asesores leales, restringiendo el acceso a figuras de la oposición y generalmente ignorando sus consejos, según dijo Goncharenko. La oposición más activa que está surgiendo ahora ayudará al esfuerzo de guerra, añadió.
Sin duda, no hay programada ninguna votación en Ucrania, ni siquiera es posible, dicen expertos en elecciones, mientras la guerra continúe y el país esté bajo ley marcial. Rusia podría interrumpir cualquier votación con ráfagas de misiles. Millones de ucranianos, incluidos soldados en combate, refugiados en Europa y personas que viven bajo ocupación, correrían el riesgo de perder su derecho al voto. Por lo tanto, aunque los ucranianos están luchando por su democracia, no pueden practicarla.
Aun así, las figuras de la oposición no han dejado de notar cómo los contratiempos en la guerra han mermado la popularidad de Zelensky. Según la Constitución, las elecciones deben convocarse una vez que se levante la ley marcial. El Parlamento impuso primero la ley marcial en febrero de 2022, después de la invasión rusa a gran escala, y la ha prorrogado con votos periódicos.
Según un estudio, Zelensky todavía cuenta con el apoyo de la mayoría de los ucranianos, aunque sea escaso: el 52 por ciento aún confía en el presidente, según una encuesta en diciembre del Instituto Internacional de Sociología de Kiev.
Pero las encuestas centradas más específicamente en una elección presidencial hipotética muestran a Zelensky rezagado detrás de un ex comandante del ejército, Valery Zaluzhny, que fue removido por el presidente como parte de una amplia reorganización del mando militar y ahora es embajador de Ucrania en Gran Bretaña.
Una encuesta, realizada por la agencia de encuestas Iniciativas Legales Líderes, mostró que Zaluzhny ganaba una hipotética primera vuelta de una elección de dos rondas con el 24 por ciento de los votos. Zelensky quedaba rezagado, con el 16 por ciento; y Tymoshenko, la figura de la oposición, quedaba en tercer lugar con el 12 por ciento. Ni Zaluzhny ni Tymoshenko han declarado su intención de postularse.
El apoyo menguante tiene implicaciones más allá de la política para Zelensky: podría socavar su papel como comandante en jefe en tiempo de guerra.
“Casi no vale la pena explicar más qué desastres pueden ocurrir en caso de deslegitimación y colapso en el control”, escribió Anton Hrushetskyi, director ejecutivo del Instituto Internacional de Sociología de Kiev, en un análisis de la caída de las calificaciones de aprobación.
Eso no ha impedido que Trump y miembros de su séquito critiquen a Zelensky. Por ejemplo, en un mitin en septiembre, Trump llamó a Zelensky “el mejor vendedor de la historia” por los miles de millones en ayuda militar que ha logrado para defender su país.
Sin embargo, al hablar con periodistas el lunes después de la inauguración, Trump ofreció una evaluación positiva de la disposición de Zelensky a entablar conversaciones de paz y una de sus evaluaciones más duras hasta la fecha del presidente de Rusia, Vladimir V. Putin, a quien acusó de “destruir Rusia” con la guerra.
Zelensky y sus colaboradores se han apresurado a hacer avances con el equipo de Trump. El presidente ucraniano se reunió con Trump en Nueva York en septiembre. Andriy Yermak, jefe de gabinete presidencial ucraniano, se reunió en diciembre en el Capitolio con el vicepresidente electo JD Vance y el próximo asesor de seguridad nacional, Michael Waltz, quien entonces era congresista por Florida, según dos personas familiarizadas con la reunión.
Los colaboradores de Zelensky también han tratado de ganarse el favor entre bastidores. Funcionarios en Kiev han discutido la posibilidad de negociar un acuerdo para comprar los derechos de traducción al ucraniano del libro de Melania Trump, “Melania”, según un funcionario ucraniano familiarizado con la discusión.
No estaba claro si alguno del grupo se había comunicado con los ayudantes o el editor de la Sra. Trump, dijo el funcionario. Describió la discusión como no más que una “tormenta de ideas” por parte de los colaboradores de Zelensky para establecer buenas relaciones con Trump.
En un viaje a Washington en diciembre, Poroshenko habló con Waltz, el elegido para asesor de seguridad nacional. Poroshenko alabó el intercambio en una publicación en Facebook en la que promocionaba sus lazos con el equipo de Trump e incluyó fotografías de sí mismo con Waltz.
“Recibí aseguramientos de la disposición de la nueva Administración Americana de demostrar liderazgo en el asunto de repeler la agresión rusa y establecer una paz justa en Ucrania”, escribió, añadiendo que el equipo de Trump “recuerda bien nuestra cooperación con él durante mi presidencia”.
Una persona presente dijo que Poroshenko había exagerado la importancia de la interacción con Waltz, que tuvo lugar en un pasillo en un evento al que ambos asistían y no fue una reunión formal. Poroshenko ha negado que persiguiera algún objetivo político durante la guerra.
Oleksandr Merezhko, presidente del comité de política exterior del Parlamento de Ucrania y miembro del partido político de Zelensky, dijo que era una diplomacia estándar que el equipo de Trump se reuniera con un partido de oposición.
“Ucrania es una sociedad democrática”, dijo. “Es genial reunirse con la oposición.”
Pero afirmó que el acercamiento de la oposición era “en su mayoría sobre autopromoción y relaciones públicas políticas”. Merezhko ha intentado un enfoque diferente para centrar a Trump en la guerra: el otoño pasado, nominó a Trump para el Premio Nobel de la Paz.
Merezhko dijo que no creía que Trump sintiera animosidad profunda hacia Zelensky. El comentario de “el mejor vendedor”, dijo, podría interpretarse como laudatorio.
“En el mundo de Trump, esto es un cumplido”, dijo.