La compañía de automóviles Volvo ha anunciado que ha abandonado su objetivo de producir solo automóviles completamente eléctricos para 2030, diciendo que ahora espera también vender algunos vehículos híbridos para esa fecha. El fabricante de automóviles culpó a las cambiantes condiciones del mercado por su decisión de renunciar a un objetivo que había anunciado hace solo tres años. Esto ocurre mientras la industria enfrenta una desaceleración en la demanda en algunos mercados importantes para los vehículos eléctricos (EVs) y la incertidumbre debido a la imposición de aranceles comerciales a los EVs fabricados en China. Volvo, que tradicionalmente ha presumido de sus credenciales ambientales, se une a otros grandes fabricantes de automóviles como General Motors y Ford, que también han retrocedido en sus ambiciones de EV. Volvo ahora espera que al menos el 90% de su producción esté compuesta por automóviles eléctricos y híbridos enchufables para 2030. La empresa sueca también podría vender un pequeño número de llamados híbridos suaves, que son vehículos más convencionales con asistencia eléctrica limitada. “Estamos decididos en nuestra creencia de que nuestro futuro es eléctrico”, dijo Jim Rowan, director ejecutivo de Volvo, en un comunicado. “Sin embargo, está claro que la transición a la electrificación no será lineal, y los clientes y los mercados se están moviendo a diferentes velocidades.” La empresa también dijo que el clima empresarial para los EVs había cambiado, debido a factores como un lento despliegue de infraestructura de carga y la retirada de incentivos para el consumidor. Se ha sentido una desaceleración en la demanda de EVs especialmente en Europa, en parte debido al fin de las subvenciones para compras en países como Alemania. Las matriculaciones de EVs en la Unión Europea cayeron casi un 11% en julio, según la Asociación de Fabricantes de Automóviles Europeos. Volvo es mayoritariamente propiedad del gigante automovilístico chino Geely y, debido a que utiliza fábricas en China, también se verá afectado por los aranceles a las importaciones de EVs fabricados en China en Europa y América del Norte. La semana pasada, Canadá anunció que impondría un arancel del 100% a las importaciones de vehículos eléctricos fabricados en China, después de anuncios similares por parte de Estados Unidos y la UE. Los países occidentales han acusado a China de subsidiar su industria de EV, dando a sus fabricantes de automóviles una ventaja injusta. China ha rechazado esas acusaciones y ha criticado los aranceles como “discriminatorios”. Ford también ha estado reduciendo sus ambiciones de EV. Justo el mes pasado, el gigante automovilístico estadounidense anunció que estaba cancelando los planes para un gran vehículo utilitario deportivo (SUV) completamente eléctrico de tres filas y posponiendo el lanzamiento de su próximo camioneta eléctrica. Su rival General Motors también ha estado reduciendo los objetivos de producción de EV en el último año.