¿Alguna vez has notado que casi no hay casas de apuestas en España? (En áreas donde vive mucha gente británica, tal vez encuentres la ocasional casa de apuestas, pero son raras).
Las carreras de caballos son más o menos desconocidas (hay un hipódromo en Mijas, pero era más para los británicos, y de todos modos ha estado cerrado durante años por problemas con el jockey club de Madrid, que controla las carreras en las muy pocas pistas de España).
También hay dos días de carreras de caballos en la playa en Sanlúcar, pero es una curiosidad turística.
Aquellos a quienes les gusta apostar deberían ir a Sanlúcar de Barrameda en agosto, donde se llevan a cabo carreras de caballos a lo largo de un tramo de playa de 1,800 metros, una tradición que se remonta a 1845. El evento, que es administrado profesionalmente, atrae a multitudes enormes, con todos los adornos de un día de carreras regular.
Si hablas con tus amigos españoles sobre apostar en línea (“diez euros a que Garnacho será el próximo en sacar”), pensarán que estás loco.
CADA ciudad española tiene su punto de venta de lotería estatal (‘Loterías y Apuestas del Estado’) – y ahí está la diferencia.
La apuesta, donde existe en España, tiende a consistir en comprar un boleto de lotería semanal. Nuevas estadísticas sugieren que incluso esta forma de juego está en declive, pero una tendencia preocupante para los españoles es la forma en que los menores están encontrando formas de apostar en línea burlando las reglas.
Cuando se les preguntó, el 20% de los jóvenes en el grupo de edad de 14 a 18 años dicen que han apostado de esta manera. Javier Padilla, el Ministro de Salud de España, acaba de publicar un informe gubernamental sobre la adicción. Algunos de los hallazgos son interesantes.
En el último año, el 54% de los españoles (de 15 a 64 años) han apostado de una forma u otra, lo cual es una disminución marcada desde 2020, cuando la cifra era del 64%. Las mujeres apuestan menos que los hombres (51.5% contra 56%).
La preocupación es que los jóvenes están desobedeciendo la ley: el 17.7% de los adolescentes dicen que han hecho apuestas en persona, y es una tendencia creciente.
Cuando se trata de juegos en línea de azar, los jóvenes optan por los videojuegos, pero también apuestan en deportes e incluso se aventuran en criptomonedas.
En cuanto a las apuestas en persona, los jóvenes imitan a sus mayores, limitándose principalmente a loterías y bingo. Los británicos han reconocido desde hace tiempo una condición psicológica conocida como ‘apuesta compulsiva’. También existe en España, por supuesto, y se llama ‘ludopatía’.
Ambas culturas son conscientes de que el fácil acceso a internet facilita que los apostadores compulsivos puedan satisfacer su hábito. Por eso, las estadísticas distinguen entre las apuestas ‘cara a cara’ y las en línea.
En la encuesta de 2020, el 64% de los españoles admitieron ir a un casino, o comprar un boleto de lotería a un vendedor humano (es decir, cara a cara). Esa cifra ahora ha bajado al 53%.
Apostar en línea es casi desconocido entre la población española. Solo el 2.7% de todas las mujeres dicen haber apostado de esta manera en los últimos 12 meses, en comparación con el 8% de los hombres.
Al desglosarlo por edad, los adultos jóvenes de 25 a 34 años son el área de crecimiento en las apuestas en línea, mientras que aquellos entre 55 y 64 años registran solo un 2.5% (1 de cada 40) en el último año.
Para los españoles, la lotería sigue siendo, de lejos, la forma de juego más popular, con más del 90% participando (esta cifra probablemente se ve inflada por la lotería de Navidad “El Gordo”, en la que participa casi todo el mundo). Un 31% de la población compra raspaditas o juega al bingo.
Apostar en deportes no es común: menos de 1 de cada 10 españoles lo hace. Quizás una estadística más relevante sea cuánto dinero dedican las personas a los juegos de azar.
Casi todo el mundo en España cae en el tramo más bajo (entre 6 y 30 euros al año): pero el 2% de la población admite gastar más de 300 euros al año.
¿Sabías?
Las grandes ganancias en la lotería en España están sujetas a impuestos. La autoridad tributaria española (la ‘agencia tributaria’) se lleva una parte de cualquier ganancia de lotería o apuesta por encima de cierta cantidad, con la tasa de imposición aumentando a medida que ganas más. En la práctica, generalmente significa una quinta parte de tus ganancias.
Y aquí está la peor parte: ¡el fisco español no espera a que le escribas un cheque! ¡El impuesto se calcula y se deduce antes de que recibas tus ganancias! ¡Se siente injusto, verdad?