Una familia austriaca que lucha contra la construcción de nueve villas en su antiguo jardín arrebatado por una antigua ley de apropiación de tierras, ha ganado una orden judicial temporal para detener el proyecto.
La demanda presentada por la familia Wesenauer alega que una nueva pared de 2,45 metros de altura impide seriamente el acceso a su hogar, Casa Langostina, en Campoamor.
También afirma que los vehículos utilizados para transportar comida para los animales en su granja están teniendo dificultades para pasar.
La demanda legal también dice que la construcción representa un gran riesgo para la integridad estructural de Casa Langostina, respaldada por informes técnicos sobre el impacto de maquinaria pesada trabajando junto a ella.
Dos de los Wesenauer fueron arrestados dos veces en mayo y junio por encadenarse a equipos para evitar que comenzaran las obras de construcción.
La jueza de Orihuela, María Teresa Martínez Soto, dictaminó que el promotor, Lideralis Empresarial en Desarrollo, debe detener la construcción, incluso si recurren el proceso.
La familia ha presentado una serie de demandas legales, incluidas exigencias de detener el trabajo debido a varios nidos de golondrinas afectados, algo que ha sido tomado en cuenta por la Guardia Civil y la fiscalía medioambiental.
También han presentado una queja ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos que dice que su propiedad fue ‘robada’ en 2004 bajo la apariencia de un plan urbanístico valenciano ilegal.
La finca fue comprada por la familia en 1996 pero cuatro años después, les dijeron que podrían perder una gran parte de su propia tierra bajo las leyes urbanísticas valencianas de la LRAU.
La legislación permitía a los desarrolladores tomar tierras para la construcción de viviendas turísticas si ‘era de interés comunitario’.
La ley fue declarada nula por la Unión Europea y eliminada, dejando a la familia Wesenauer afirmar que son ‘víctimas de una ley extinta’ y que sus ‘derechos fundamentales’ habían sido violados.