El Ayuntamiento de Murcia rindió homenaje el martes a las 13 personas que murieron en el incendio del año pasado en las discotecas Teatre y Fonda Milagros en el barrio de Atalayas.
En el primer aniversario de la tragedia, la vicealcaldesa, Rebeca Pérez, en una breve ceremonia dijo que quería “honrar la memoria” de los fallecidos y reconocer el trabajo de los servicios de emergencia.
Bomberos, trabajadores de ambulancias, policía y personal de Cruz Roja estuvieron entre los presentes, pero muchos familiares de las víctimas no asistieron.
Las familias organizaron su propio evento el lunes donde criticaron la falta de apoyo brindado por el ayuntamiento.
Pérez no hizo referencia a sus críticas.
“Desde que ocurrió esta tragedia, el objetivo siempre ha sido las personas, antes, durante y después”, enfatizó.
Se ha erigido una placa y un monolito en la Calle Isla Cristina donde todavía se están realizando trabajos de demolición en los clubes.
La placa fue descubierta por el cónsul ecuatoriano, Francisco Villegas, con cinco de las personas que murieron en el incendio procedentes de su país.
La inscripción dice: “No hay despedida para aquellos que siempre estarán en nuestros corazones”.
Se colocó una corona al pie del monolito y se guardó un minuto de silencio.
Las investigaciones continúan para determinar la responsabilidad del incendio del año pasado, que la policía dijo en enero fue causado por el uso accidental pero “negligente” de una máquina de chispas.
Las discotecas no tenían licencia y se les había ordenado cerrar por parte del ayuntamiento.