Durante casi cuatro décadas, los residentes de la Sierra de Callosa en la región de Valencia se han enfrentado a un problema inusual: alrededor de 200 cabras domésticas que invaden áreas residenciales en busca de comida y agua.
Según un informe en Información, los animales fueron liberados a propósito o escaparon a las montañas hace unos 37 años, y han logrado no solo adaptarse a su entorno sino también reproducirse.
Las 150 a 200 cabras ahora deambulan por la zona en varios grupos, masticando la flora local y apareciendo en barrios como Gurugu, donde sacian su sed en fuentes de agua.
Los residentes del área han estado quejándose de las cabras durante al menos 20 años, según pruebas en video y denuncias oficiales presentadas.
El problema ha empeorado en los últimos meses, sin embargo, debido a la sequía y la falta de alimentos para que coman.
Generando aún más controversia están los grupos de derechos de los animales, que les están dando comida y bebida a los animales para ayudarlos a sobrevivir, al mismo tiempo que biólogos y ambientalistas advierten del impacto devastador que esta especie invasora está teniendo en un área de belleza natural como la Sierra de Callosa.
“Idealmente, lo mejor sería capturar a los animales después de acostumbrarlos a alimentarlos y darles agua en un área cerrada, y luego un ganadero local podría llevárselos”, dijo Pablo Perales, un ambientalista de Territorio Natura, a Información.
“Los animales se convierten en mascotas por personas que no piensan en las consecuencias de su presencia en el entorno natural, o en otras especies nativas”, explicó. “Además, las personas eligen qué animales pueden ser salvados o no. Gatos sí, ratas no.”
Por ahora, sin embargo, no parece haber una solución clara a la vista: los lugareños dicen que los ayuntamientos involucrados están actuando con una completa falta de transparencia y se niegan a proporcionar información sobre qué medidas se están tomando.
Como medida temporal, el ayuntamiento local en el municipio de Cox ha creado áreas con suministros de agua y alimentos en una zona de caza en un intento de evitar que los animales bajen a las áreas habitadas.