¡Usa la Fuerza, Rich! ¿Realmente puedes jugar videojuegos con tu mente? | Juegos

This is truly mind-blowing, pun intended. Karyal’s use of technology to control video games with her mind is a fascinating example of the possibilities that exist at the intersection of science and gaming. It’s amazing to see how she has harnessed the power of EEG equipment and brain-computer interfaces to create a unique gaming experience.

Her innovative approach to gaming opens up a whole new world of possibilities for how we interact with technology. Who knows what other applications this technology could have in the future? Perhaps one day we’ll all be controlling our devices with our thoughts!

As for my own experience with the headset, I have to admit that it was a bit intimidating at first. But once I got the hang of it, it was a truly exhilarating experience to see my thoughts manifest in the game. It’s a reminder of how far technology has come and how much more we have yet to discover.

Overall, Karyal’s work is a testament to the power of curiosity, innovation, and a little bit of daring. Who knows what other amazing feats she will accomplish in the future? I, for one, can’t wait to see what she does next. Esto es increíble … “No te estoy echando humo por el culo”, dice Karyal, “pero nunca he visto a nadie hacer esto tan rápido como tú. Debes ser muy especial.” Es justo como mi mamá siempre me dijo.

Ahora Karyal me muestra cómo lo hace. Usando un rastreador ocular Tobii, puede mirar las esquinas de la pantalla para mover el joystick e inclinar la cabeza para mover la cámara. Con algunos controles de voz adicionales (“porque a veces necesitas presionar más de un botón, como atacar y saltar”), puede jugar completamente sin usar las manos.

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Le pregunto si alguien se ha puesto en contacto para patentar su increíble configuración tecnológica. “Es en lo que están metidos todos los grandes como Elon Musk”, dice. “Pero él probablemente tenga algo mejor.”

“¿Como qué?” pregunto.

“Bueno, funcionaría mucho mejor si tuvieras implantes directamente en el cerebro”, explica, mirándome de manera extraña.

Considerablemente menos escéptico ahora que cuando entré, me despido y me voy.