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Quizás me esté perdiendo el punto, pero ¿no fue un poco desatinado el mensaje de la Presidenta de las Islas Baleares, Marga Porhens, en Berlín? En lugar de agradecer a los millones de turistas alemanes que vienen aquí cada año, dijo que las islas seguirían buscando nuevos mercados para no depender tanto de Gran Bretaña y Alemania.
Quizás sea cierto, pero ¿realmente la feria de turismo alemana ITB era el lugar adecuado para hacerlo? Si no hubiera sido por el aumento del turismo alemán en las Islas Baleares el año pasado, las islas habrían reportado una caída en el turismo. En segundo lugar, siempre es agradable ser agradecido porque, seamos sinceros, el turismo alemán y, en menor medida, el británico, ayudan a sostener la economía local. La teoría es buena, pero en la práctica podría describirse como un poco grosera.
El embajador británico en España, Sir Alex Ellis, fue citado diciendo que hubo menos turistas británicos el año pasado, pero que gastaron más. En un mundo ideal, ¿no habría sido mejor si tuviéramos el mismo número o unos cuantos turistas británicos más, gastando más? Nuestra economía depende en gran medida del turismo. Necesitamos a los alemanes y británicos, porque son los dos mercados dominantes. Es un equilibrio delicado. Si conseguimos unos cuantos italianos y franceses más, genial, pero no olvidemos quién paga la hipoteca.
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