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Negret era un perro vivaz de alrededor de 17 años, que originalmente pertenecía a un dueño de restaurante mayor de Ca Toni en Altea.
La amabilidad y la alegría de Negret eran apreciadas entre la comunidad alteana durante mucho tiempo. Cuando el dueño del restaurante, Toni, se puso enfermo, Negret encontró un nuevo hogar en Albir con Deda Allum.
Trágicamente, Negret falleció en un incidente donde unos jóvenes arrojaron imprudentemente un petardo fuera de una cafetería en el puerto de Altea.
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Deda y su amiga Pam quedaron destrozadas por el incidente y comenzaron a recaudar fondos para instalar una estatua de Negret en los terrenos del restaurante.
Deda quería que la estatua fuera un tributo tanto a Toni como a Negret; “Era un perro tan gentil y mucha gente ha compartido sus propias historias sobre él; era muy conocido y muy querido.”
La estatua fue inaugurada durante un fin de semana de junio con una buena asistencia de la comunidad local, celebrando la instalación del memorial permanente y recordando a Negret.
Deda quería resaltar los peligros de los petardos, asegurándose de que el incidente nunca se repita; “Fue un acto sin pensar, de hecho, fue ilegal lo que hicieron, y pobre Negret simplemente se vio abrumado-“
Descansa en paz, Negret.
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