El chiste no fue nada fuera de lo común para la comedia política. Pero en la India, donde ya hay poco espacio para burlarse de los políticos sin atraer casos judiciales o violencia de turbas, todo se descontroló rápidamente.
Apenas horas después de que se publicara en línea un video de un espectáculo de stand-up en Mumbai el domingo, seguidores de un líder político estatal irrumpieron en el popular club donde se había grabado. Los vigilantes intimidaron a la multitud, que se había reunido para un evento no relacionado, y vandalizaron el lugar mientras la policía observaba.
El ministro principal del estado pidió acciones legales contra el cómico que realizó el espectáculo, y la policía presentó cargos, acusándolo de difamación. Luego, el municipio local envió empleados del gobierno para golpear el club de comedia con martillos, una versión más leve de lo que se conoce como justicia de bulldozer.
El cómico, Kunal Kamra, quien es uno de los últimos comediantes que aún se enfrentan a los políticos en la India, emitió un comunicado el lunes enfatizando que no se dejaría intimidar.
“Atacar un lugar por las palabras de un cómico es tan absurdo como volcar un camión que transporta tomates porque no te gustó el pollo al curry que te sirvieron”, dijo.
Pero el efecto, el enfriamiento profundo del discurso en la India, quedó claro.
El lunes, el club, Habitat, anunció que había cerrado, privando a la India de uno de los pocos lugares que aún estaban dispuestos a albergar espectáculos de naturaleza política atrevida. La policía y los vigilantes siguen buscando a Kamra, quien se cree que está en un estado del sur.
Esos vigilantes, seguidores de Eknath Shinde, el segundo al mando en el estado occidental de Maharashtra, se sintieron ofendidos por una palabra que Kamra usó en una canción durante su actuación: “gaddar”, o traidor, una aparente referencia a la deserción de Shinde de su partido en 2022.
El alboroto ha dominado las discusiones en la asamblea estatal de Maharashtra, así como los titulares de noticias nacionales. Los líderes del partido de Shinde, el Shiv Sena, que irónicamente fue fundado por un caricaturista político, han intensificado sus amenazas.
“Shiv Sena responderá en el lenguaje de Shiv Sena”, dijo el portavoz del partido, Raju Waghmare, a un medio de comunicación local, refiriéndose a la historia del partido de atacar a aquellos con quienes no está de acuerdo. Dijo que las emociones de los trabajadores del partido no podían ser controladas si se insultaba a un líder.
Punit Pania, un cómico que había actuado recientemente en Habitat, dijo que se había convertido en un importante centro de artes. Su cierre repercutirá.
“¿Por qué alguien se arriesgaría si la multitud puede entrar con la policía simplemente mirando y dejándolos hacer?”, dijo Pania.
Dijo que muchos lugares simplemente ya no organizan espectáculos de comedia, porque “sentirse ofendido se ha convertido en un deporte” en la India. Los límites son claros: no se permiten bromas sobre política, religión o sexo.
El primer ministro Narendra Modi declaró en un podcast reciente: “Tengo una fuerte creencia de que la crítica es el alma de la democracia”. Pero a medida que partidos de todo el espectro político, incluidos los estados dirigidos por la oposición como Bengala Occidental y Tamil Nadu, han encarcelado a personas por comentarios políticos, ha quedado claro que el discurso es libre solo si te alineas.
Los cómicos a menudo recurren a bromear sobre lo difícil que es bromear.
Al anunciar las reglas de la casa en un espectáculo de stand-up reciente, el cómico Varun Grover pidió a la audiencia que no usara sus teléfonos para grabar chistes porque “interferiría con el orden natural” de cómo funciona el negocio en estos días.
“Escribimos nuevo contenido durante tres o cuatro meses, luego se convierte en un espectáculo, luego salimos de gira”, dijo. “Una vez que la gira está casi terminada, lo grabamos, lo filmamos, lo subimos a YouTube, y luego vamos a la cárcel.”
Shinde proporcionó material cómico abundante cuando abandonó su partido en 2022 y se llevó a docenas de legisladores con él, encerrándolos en hoteles resorts en otros estados hasta que su propio gobierno colapsó.
Algunos de los legisladores afirmaron que fueron secuestrados e incluso drogados. Cuando Shinde llegó al poder en una nueva coalición con la ayuda del partido de Modi, sus aliados bailaron sobre las mesas.
Con las repetidas deserciones y rupturas de partidos en Maharashtra, “gaddar” se convirtió en un término rutinario. El ministro principal del estado, Devendra Fadnavis, usó él mismo la palabra para describir a la oposición política en una declaración condenando la broma del cómico.
En su canción, Kamra no mencionó a Shinde por su nombre, aunque usó referencias identificativas.
La ofensa tomada por los seguidores de Shinde resurgió en línea en una vieja broma del poeta Rahat Indori.
En la década de 1970, cuando India cayó brevemente en la dictadura bajo la primera ministra Indira Gandhi, Indori dijo en un evento de poesía que “el gobierno es un ladrón”.
Fue llamado a una comisaría y le preguntaron por su comentario.
“Dije, ‘Sí, dije que el gobierno es un ladrón'”, recordó Indori respondiendo al oficial. “Pero no dije qué gobierno: el gobierno de India, el gobierno de Pakistán, el gobierno de EE. UU. o el gobierno británico.”
El oficial sonrió, dijo Indori, y luego respondió: “Bueno, ¿ahora crees que somos tontos también? ¿Que no sabemos qué gobierno es un ladrón?”
Pragati K.B. contribuyó con el informe.