Tsikhanovskaya advierte sobre fronteras cerradas.

La líder de la oposición bielorrusa en el exilio, Svetlana Tikhanovskaya, ha instado al gobierno polaco a no cerrar los puntos de cruce fronterizo entre los dos países. “Mantener conectados a los bielorrusos con Europa es crucial”, dijo en una publicación en X, agregando que las personas no pueden ser dejadas “detrás de una nueva cortina de hierro”. Anteriormente, el ministro de Relaciones Exteriores de Polonia dijo que Varsovia estaba considerando cerrar los puntos de control fronterizos restantes con Bielorrusia para tratar de frenar la migración ilegal. Polonia afirma que Bielorrusia ha estado alentando a personas de Medio Oriente y África a viajar a Bielorrusia y luego cruzar la frontera ilegalmente a Polonia. En 2021, la Unión Europea acusó al líder autoritario de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, de facilitar la afluencia en represalia contra las sanciones. En las últimas semanas, Polonia ha cerrado cuatro de los seis puntos de control en la frontera con Bielorrusia. El domingo, el ministro de Relaciones Exteriores polaco, Radoslaw Sikorski, dijo: “Debido a las acciones de Bielorrusia, estamos considerando el cierre de todos los cruces fronterizos. Por ahora, estamos estudiando la cuestión de si esto afectará a la economía polaca”. En su publicación, la Sra. Tikhanovskaya escribió: “Las iniciativas para limitar el tráfico fronterizo debido a las provocaciones continuas del régimen deben apuntar al dictador, no al pueblo. No podemos abandonar a los bielorrusos a su suerte detrás de una nueva cortina de hierro”. Hacía referencia a la división física de Europa durante la Guerra Fría entre los países occidentales y aquellos conectados o influenciados por la Unión Soviética. En 2020, la Sra. Tikhanovskaya se convirtió en un símbolo de la oposición cuando se postuló contra el Sr. Lukashenko en las elecciones presidenciales después de que su esposo fuera encarcelado por el régimen. Afirmó la victoria en las elecciones, que se creía ampliamente que estaban amañadas, pero fue forzada al exilio en Lituania con sus hijos al día siguiente de la votación. Más tarde fue condenada en ausencia a 15 años de cárcel por traición y conspiración para tomar el poder.

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