Si das un paso atrás, o mejor aún, varios pasos atrás, es más fácil entender lo que está haciendo Donald Trump.
¿Por qué provocaría deliberadamente una tormenta mediática con nominados tan controvertidos como Matt Gaetz y Pete Hegseth, y en menor medida con Tulsi Gabbard y RFK Jr.?
La respuesta corta es que el presidente electo no puede postularse nuevamente y quiere que estos nominados perturben, o incluso hagan explotar, los departamentos de los que estarían a cargo. Y si no tienen las credenciales habituales, si nunca han dirigido una organización grande, no le importa un comino.
Pero, ¿no serviría mejor a sus propósitos nominar miembros del gabinete igualmente disruptivos que no tengan el equipaje de un Matt Gaetz? Pero, ¿tendrían la lealtad inquebrantable?
TRUMP, DESAFIANDO LAS PREDICCIONES DE LOS MEDIOS, ELIGE PRINCIPALMENTE VETERANOS EXPERIMENTADOS DEL CAPITOLIO COMO MARCO RUBIO
El presidente electo Trump está respaldando sus nominaciones de Pete Hegseth y Matt Gaetz para puestos de gabinete de alto rango. (Roy Rochlin/Getty Images | Aaron Schwartz/NurPhoto vía Getty Images)
Incluso los miembros escépticos de su círculo íntimo no tienen más remedio que dejar que Trump sea Trump.
Si Gaetz llegara a ser fiscal general, por ejemplo, podría despedir al director del FBI, Chris Wray, en lugar de que Trump tenga que ser el malo.
La idea en el mundo de Trump es que el Senado no podrá rechazar a más de dos de sus nominados. Por lo tanto, incluso si Gaetz, que no parece tener los votos, es rechazado, y tal vez también Hegseth, todos los demás pasan, incluidos Kennedy y Gabbard.
Y ¿no sería difícil para el Senado republicano, después de tales rechazos, estar básicamente obligado a aprobar a los nominados de reemplazo, dada la magnitud de la victoria de Trump? ¿Es esto ajedrez en 4 dimensiones?