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Esta es la era del tren, pero antes de que el gobierno balear gaste muchos millones de dinero que no tienen en una nueva conexión ferroviaria entre Palma y Llucmajor, deberían establecer quién la va a utilizar. El objetivo principal es reducir la congestión del tráfico, pero a menos que los mallorquines estén dispuestos a abandonar sus coches y tomar el tren, entonces es un completo desperdicio de dinero.
La isla ya cuenta con una red de transporte público de primera categoría, pero aun así las carreteras están congestionadas. Es una idea genial; los pacientes ambulatorios podrán tomar el tren hasta el Hospital Son Llatzer, los viajeros pueden llegar al aeropuerto de Palma y el ‘hombre de la furgoneta blanca’ puede dejar su vehículo en casa e ir a las diversas zonas industriales en transporte público. Buena idea, pero ¿alguna vez se va a concretar? NO. Los turistas probablemente utilizarán la conexión ferroviaria, pero en realidad no son el problema a pesar de lo que algunos políticos locales tengan que decir. A menudo se culpa a los coches de alquiler por la congestión del tráfico porque son un blanco fácil.
La verdad es que las carreteras están congestionadas en enero y febrero cuando no hay alquiler de coches. Así que antes de que la Presidenta balear Marga Prohens empiece a comprar su silbato y sombrero de conductor, su gobierno debería analizar muy cuidadosamente el transporte público. ¿Sería una mejor idea considerar lo impensable y ampliar las carreteras existentes? A menos que se tome una acción radical, esta es la única solución. Buena idea de tren, pero pocos interesados.
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