Todavía no hay nombres para los saboteadores de la víspera olímpica – Euro Weekly News

LGV SURESTE: Complot de sabotaje frustrado en la noche del 25 de julio
Foto crédito: CC/Remontees

Los saboteadores que intentaron paralizar los ferrocarriles de Francia en vísperas de los Juegos Olímpicos aún no han sido identificados.

Alrededor de 800,000 pasajeros se vieron afectados cuando los servicios se interrumpieron durante un período de tres días, pero a medida que los Juegos Olímpicos de París llegan a su fin, este fue el único problema de seguridad importante en torno a los Juegos.

La policía y los investigadores se mantienen herméticos sobre el daño a la infraestructura de señalización de fibra óptica que fue manipulada y, en algunos casos, incendiada, en tres puntos clave de las líneas ferroviarias que conectan el resto del país con París.

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Un intento similar de interrupción en la línea de alta velocidad (LGV) Sureste fue frustrado gracias a la presencia de empleados ferroviarios que realizaban mantenimiento esa noche.

Sin dar detalles, el ministro del Interior, Gérald Darmanin, reveló que las agencias de inteligencia habían identificado “un cierto número de perfiles” capaces de llevar a cabo este tipo de sabotaje “voluntario, muy preciso, extremadamente bien dirigido”.

Su estilo, agregó, sugería los “métodos tradicionales” de la ultraizquierda, aunque el ministro hizo hincapié en que no había pruebas firmes de que estuvieran involucrados.

Al mismo tiempo, fuentes policiales citadas en Le Monde confirmaron que los investigadores seguían una pista principal que apuntaba a células de extrema izquierda discretas que trabajaban bajo el encubrimiento de extrema secrecía y evitaban las comunicaciones modernas para no ser detectadas.

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Mientras tanto, la vigilancia reforzada de las redes de transporte y comunicaciones logró frustrar un nuevo ataque a los cables de fibra óptica utilizados para transmitir eventos olímpicos en la zona de fanáticos del Chateau de Vincennes.

Después de interrupciones y averías repetidas, los expertos revisaron las imágenes de CCTV y descubrieron que esta vez el culpable no era más que una inocente garduña.