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En Arenal, donde la Policía de Llucmajor y la Guardia Civil han establecido una operación especial las 24 horas del día debido a la tensión entre los residentes y argelinos que han estado cometiendo crímenes violentos, se ha iniciado una operación separada.
A diferencia de la provocada por las amenazas de “linchar” a los argelinos, la operación para lidiar con miles de estudiantes españoles ha sido planificada desde hace algunas semanas y adoptará medidas introducidas el verano pasado. A partir de hoy, cuando lleguen los primeros estudiantes en vacaciones de fin de curso, la playa se cerrará a partir de las 9 pm, excepto por un punto de entrada y salida. Esto estará controlado. Se realizarán controles de alcohol y de la posesión de vidrio o cuchillos. El cierre de la playa está diseñado específicamente para prevenir el ‘botellón’ – fiesta de beber masiva – y mantener el ruido al mínimo.
La operación durará alrededor de cuatro semanas. Aunque la playa puede ser controlada, están las calles, para las cuales existe una ordenanza de Llucmajor contra el consumo de alcohol en la calle. También está el decreto de turismo de excesos, según el cual se supone que está prohibido el consumo de alcohol en la calle.
Se están destinando más policías a Arenal, con la esperanza del ayuntamiento de Llucmajor de que la operación “reducirá significativamente el número de incidentes” causados en el pasado. Pero es una operación necesaria en un momento en que las fuerzas de seguridad están siendo sobrecargadas debido a los eventos recientes en Arenal.
Mientras tanto, es una operación necesaria para combatir lo que es la total antítesis del llamado turismo responsable y que, además, está organizado a gran escala.
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