La película de Steve McQueen sobre la Segunda Guerra Mundial es habilidosa y conmovedora, aunque sorprendentemente convencional.

En Londres, a finales de 1940, caen las bombas alemanas, provocando un infierno de edificios devorados por llamas anaranjadas brillantes. La gente muere en sus salones, sentada en sus sillones. En las calles, las sirenas antiaéreas suenan mientras los civiles rodean una estación de tren subterránea con barricadas, tratando de que la policía les deje … Leer más