VILLENEUVE-D’ASCQ, Francia–El entrenador de Sudán del Sur, Royal Ivey, dice que su vida se siente como una película en este momento.
Podría tener razón: un equipo de underdog, con poco financiamiento, de una nación que todavía lidia con las secuelas de una guerra civil y se prepara para sus primeras elecciones libres sorprende al establishment del baloncesto al clasificarse para los Juegos Olímpicos, casi vencer al mejor equipo del mundo y ganar su primer partido en los Juegos de París.
Sí, eso suena definitivamente como un guion de película. Y no hay duda: al equipo olímpico masculino de baloncesto de Estados Unidos le encanta la historia.
Simplemente no tiene interés en proporcionar un final de Hollywood.
“Todo el mundo nos dará lo mejor de sí”, dijo Ivey. “Ya no somos un secreto”.
Así es. Estados Unidos y Sudán del Sur se enfrentan en un juego de la fase de grupos en los Juegos Olímpicos de París el miércoles, dos semanas después de que la nación africana —el país más nuevo del mundo, que obtuvo su independencia hace solo 13 años— casi sorprendiera a los estadounidenses en un partido de exhibición en Londres, perdiendo 101-100 en un juego que lideró la mayor parte del tiempo.
“Secretamente, estoy animándolo un poco”, dijo el alero de EE. UU., Kevin Durant, cuando le preguntaron sobre Ivey, quien fue compañero de equipo tanto de Durant como del entrenador asistente de EE. UU. Tyronn Lue durante su carrera en la NBA y alguien a quien Durant sigue considerando un amigo cercano. “Excepto cuando juega contra nosotros”.
Ambos equipos ganaron su primer partido de lo que serán tres juegos de la fase de grupos en estos Juegos; Sudán del Sur derrotó a Puerto Rico mientras que el equipo de EE. UU. venció a Serbia. El ganador del miércoles podría quedar clasificado para los cuartos de final, dependiendo del resultado de otros juegos. En el peor de los casos, el ganador estará al borde de pasar a la fase eliminatoria.
Para EE. UU., eso no es gran cosa considerando que ha estado en los Juegos Olímpicos en 19 ocasiones y ha ganado medallas todas las veces. Para Sudán del Sur, todo es importante —primeros Juegos Olímpicos, primera victoria, primera vez que el mundo estará observando para ver si la casi sorpresa de los estadounidenses hace dos semanas fue una casualidad o no.
“Obviamente, estamos muy seguros”, dijo Nuni Omot de Sudán del Sur. “Vamos a seguir jugando nuestro juego. Continuar defendiendo. Todo es posible. Es baloncesto al final del día. Todos trabajamos duro. Todos hacemos lo mismo. Solo el hecho de poder enfrentarnos a un equipo así, es una gran prueba”.
Cómo este equipo llegó a París es una historia en sí misma.
El dos veces All-Star de la NBA, Luol Deng, quien dirige el programa de Sudán del Sur y fue el cerebro detrás de que esto sucediera, gasta parte de su riqueza personal —sus contratos de la NBA sumaron alrededor de $175 millones— para cubrir los gastos del equipo. El equipo famosamente no tiene un lugar de entrenamiento en Sudán del Sur, porque no hay nada cerca de un gimnasio de nivel NBA en Sudán del Sur. Los jugadores vuelan en clase turista, apretando a los jugadores altos en las salidas de emergencia y experimentando cosas como retrasos de siete horas en Ruanda. Y sin embargo, lo hicieron lo suficientemente bien en la Copa del Mundo el verano pasado para asegurar el puesto olímpico, luego casi vencieron a los estadounidenses en su camino a Francia.
“Para nosotros, el simple hecho de estar aquí ya es un logro masivo”, dijo el alero de Sudán del Sur, Kuany Kuany. “Así que, solo queremos disfrutarlo, aprovechar al máximo, divertirnos y mostrar a todos de qué se trata Sudán del Sur”.
Eso es, el lado bueno.
Sudán del Sur obtuvo su independencia de Sudán en 2011 después de un largo conflicto, luego estalló una guerra civil dos años después y —antes de que terminara en 2018— dejó casi 400,000 personas muertas y más de 4 millones desplazadas. Todavía hay enfrentamientos en Sudán del Sur, la economía es frágil en ocasiones y los grupos de derechos humanos advierten sobre la inseguridad alimentaria para millones de residentes. Se suponía que las elecciones tan esperadas se celebrarían en febrero de 2023; ahora está programada para diciembre.
“Es un logro increíble, dada la lucha en esa región durante tanto tiempo, tantos refugiados que vienen a los Estados Unidos y otros países durante las últimas décadas, reconstruyendo vidas, y construir una federación de baloncesto en medio de la guerra y la dificultad”, dijo Kerr. “Y luego para que Royal y su personal armen un equipo realmente bueno que juega baloncesto moderno —estirar la cancha, lanzar triples, atacar el aro, es bastante dramático y notable”.
También ha captado la atención de los estadounidenses.
No se pasará por alto a Sudán del Sur el miércoles, no después de la última vez que estos dos equipos se enfrentaron y el equipo de EE. UU. necesitó una bandeja de LeBron James a 8 segundos del final para evitar lo que probablemente se habría llamado la derrota más sorprendente en la historia del baloncesto internacional.
El mejor jugador de Sudán del Sur este verano ha sido Carlik Jones. Tiene experiencia en la NBA; 12 juegos, para ser exactos. Y sin embargo, le hizo un triple-doble a los estadounidenses en Londres. Si esto realmente fuera una película, él sería el giro de la trama. Pero un equipo de estrellas de la NBA está cauteloso, con razón, y el base de EE. UU., Stephen Curry, dice que es un recordatorio de que los estadounidenses tienen lo que él llama “miedo apropiado” de cada oponente.
“Somos vencibles si no jugamos nuestro juego”, dijo Curry. “Pero si lo hacemos, tenemos mucha confianza en que podemos vencer a todos”.
El equipo de EE. UU. diciendo eso sería esperado.
Lo cierto es que Sudán del Sur siente exactamente lo mismo.
“Esto es tan surrealista”, dijo Ivey. “No podría experimentar nada mejor que esto”.
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