Hay pocos documentales que tengan que convencer a una audiencia que piensa que el tema es una tontería. Pero la cineasta Lana Wilson estaba lista para asumir ese desafío cuando decidió comenzar a capturar la alquimia emocional de los psíquicos en la ciudad de Nueva York. A pesar de ser escéptica, se encontró buscando respuestas en la oficina de un psíquico después de las elecciones de 2016.
“No podía creer que estaba allí. Nunca fui una persona religiosa”, comparte Wilson. “Pero ese día, me vi buscando consuelo en un psíquico, y me sentí reconfortada. Y pensé: ‘¿Por qué me siento mejor después de hablar con este extraño durante cinco minutos?'”
Esa pregunta rondó la mente de Wilson mientras trabajaba en documentales sobre Taylor Swift y Brooke Shields. Su búsqueda de respuestas se plasmó en “Mírame a los ojos”, que se estrenó en Nueva York con A24 y se expandirá la próxima semana. En el documental, siete psíquicos permiten que la cámara entre en sus sesiones y se abren sobre sus historias personales y lo que los llevó a su práctica. Algunos incluso admiten no creer en sus habilidades paranormales. Otro se especializa en mascotas y afirma haber diagnosticado una infección urinaria en un gato a través de la telepatía.
“Personalmente, me gusta una experiencia visual que genere dudas, que sea un poco incómoda”, dice Wilson. “Incluso si uno piensa que es falso, se puede vivir una experiencia emocional real. Es como cuando voy al teatro. Todo es falso y artificial, pero vivo una experiencia muy real y significativa”.
La producción de la película, filmada durante la pandemia de COVID, comenzó con un extenso proceso de casting en el que Wilson y su equipo se reunieron con más de 150 psíquicos de la ciudad. Querían encontrar personas que se esforzaran por establecer conexiones significativas con sus clientes. Algunos practicantes ofrecían mensajes genéricos, pero Wilson buscaba autenticidad.
“Quería personas que genuinamente intentaran conectar y ofrecer una experiencia reconfortante o curativa”, dice Wilson. “Al principio no les dijimos que estábamos haciendo un documental, para evitar atraer a actores aspirantes. Siempre que se hace casting para un documental, aparecen actores aspirantes”.
Wilson terminó contratando a psíquicos con experiencia creativa, algunos provenientes de entornos religiosos pero que abandonaron esas organizaciones por desacuerdos. La comunidad presentada en “Mírame a los ojos” atrae a muchas personas LGBTQ, tanto como clientes como psíquicos.
La película comienza con una intensa secuencia en la que un médico de urgencias busca comunicarse con una joven que murió décadas atrás. Este momento inicial pretende captar la atención de los espectadores escépticos.
Wilson compara la práctica paranormal con la fe organizada, señalando que muchos psíquicos en la película tuvieron experiencias formativas con la pérdida o el trauma. La conexión entre narración ficticia e instinto psíquico es algo que Wilson encontró fascinante.
La película se centra en la experiencia emocional y significativa que los psíquicos ofrecen a sus clientes, dejando la pregunta de si sus habilidades son reales o no en el aire. La irracionalidad del trauma y la fe son temas recurrentes a lo largo del documental.
Esta entrevista ha sido editada y condensada.