Tras conocerse la noticia del asesinato de un niño de 7 años en un pequeño pueblo de la provincia de Toledo, las redes sociales se llenaron de comentarios culpando a un marroquí. Poco después, el verdadero culpable fue arrestado y resultó no ser de origen extranjero en absoluto. Pero la imagen en la mente de los usuarios de las redes sociales ya estaba sembrada.
En Andalucía, el 9% de la población es extranjera, una mezcla de norteafricanos, europeos y americanos, en su mayoría. El 7% de los crímenes cometidos en la región son por extranjeros. Todas las noticias principales en los últimos años que se centraron en crímenes violentos fueron historias sobre delitos cometidos por criminales nacidos en España. Pero al leer la prensa, junto con las redes sociales, uno podría perdonarse por pensar que hay una conexión entre la inmigración y las cifras delictivas.
Descartada la conexión entre delito e inmigración
En 2022, se registraron 82,489 crímenes en Andalucía, de los cuales el 17% fueron cometidos por extranjeros. Teniendo en cuenta que la población extranjera en Andalucía es del 9% y que en algunas provincias como Almería supera el 21%, en Málaga casi el 17% y en Huelva supera el 9.6%, y dado que la gran mayoría de ellos son de origen africano, con un mayor porcentaje de magrebíes y subsaharianos que cualquier otra procedencia, se descarta la conexión entre la inmigración y el crimen.
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Según un reciente informe elaborado por el Ministerio del Interior, la mayoría de los crímenes cometidos por extranjeros, incluidos europeos, estaban relacionados con robos o tráfico de drogas, mientras que los crímenes violentos eran en su mayoría cometidos por españoles nativos. Juanma Moreno, presidente de la Junta de Andalucía, respondiendo la semana pasada a Vox en el Parlamento español, dijo ‘Nunca participaré en una caza de brujas contra los inmigrantes’.