Rald Ricafort–MARLO CUETO/INQUIRER.net
Meses después de una polémica derrota que impidió que PLDT tuviera la oportunidad de llegar a la final, los High Speed Hitters dieron a Akari una paliza en su encuentro de regreso.
Y la clave para los High Speed Hitters fue dejar el pasado atrás, según lo que les preocupaba.
“Realmente no prestamos mucha atención a eso porque es una carga extra,” dijo el entrenador Rald Ricafort a Inquirer en filipino después de no dar ninguna oportunidad a los Chargers el domingo por la noche, 25-22, 25-16, 25-15. “No habríamos podido concentrarnos [si nos quedamos en el pasado], así que es mejor que no llevamos eso a este juego.”
Derrota dolorosa
Esa carga extra fue una derrota en cinco sets en las semifinales de la Conferencia Reforzada hace cinco meses, cuando los High Speed Hitters, con punto de partido, solicitaron una revisión de video por falta en la red de la jugadora de Akari, Ezra Madrigal, que más tarde fue considerada infructuosa. Eso llevó a que el marcador se empatara a 14-14 antes de que Akari eventualmente ganara.
“Nos forzamos a no tener ese peso adicional,” dijo Ricafort.
Hubo muchas conversaciones antes del encuentro entre los dos equipos por primera vez desde ese enfrentamiento, pero se convirtió en un asunto unilateral ya que Akari, que perdió mucha potencia con Grethcel Soltones fuera de juego, nunca estuvo realmente en el partido después de un primer set apretado.
Los High Speed Hitters han visto lo que sucedió como algo del pasado, pero las lecciones aprendidas se quedaron.
“Seguro, todavía hay recuerdos de ese juego. Pero son parte de la experiencia y el aprendizaje,” dijo Ricafort. “No tenemos otra opción más que seguir adelante. El enfoque del equipo no está en nada menos importante.”
Lo importante, parece ser, es que PLDT puso fin a una racha de dos derrotas con las que terminó el año pasado y volvió a la contención para los playoffs.
Química mejorada
“Nuestro aprendizaje de esas [derrotas] fue que nos volvimos más sólidos como equipo,” dijo. “Tuvimos muchas conversaciones, reuniones de jugadores y sesiones después de esos dos juegos y durante las vacaciones tuvimos el tiempo suficiente para refrescarnos, reiniciarnos, reunirnos y reagruparnos.”
Esas conversaciones parecen haber ayudado a PLDT a mejorar su química con la joven armadora Ange Alcantara dándole las riendas del ataque liderado por la prolífica Savi Davison.
Otro punto de enfoque fue manejar situaciones difíciles con un frente unido en lugar de lidiar con ellas de manera separada.
“Realmente se trataba de adoptar la mentalidad correcta—esas dos derrotas no son el fin del mundo,” dijo Ricafort.
“Pudimos hablar sobre ir en una sola dirección y quedarnos con ella para no tener más malentendidos,” agregó. INQ