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Los organizadores de la protesta del domingo en Palma, satisfechos con su éxito, están enfatizando que fue “solo el principio”. Se están preparando nuevas acciones para los próximos meses, ya que los organizadores no confían en el impulso del gobierno balear hacia un pacto por la sostenibilidad.
Margalida Ramis del grupo ecologista GOB, un componente clave de la plataforma Menys Turisme, Més Vida, dice: “La verdad es que ya no necesitamos hacer campañas para concienciar a la gente, sino tomar medidas inmediatas y a largo plazo. No tenemos ninguna confianza en la mesa redonda por el pacto, ya que ya podemos ver hacia dónde se dirige”.
En la opinión de Ramis, es probable que las medidas del gobierno “estén muy lejos de lo que estamos proponiendo”. Haciendo eco de una observación ahora familiar sobre un “cambio de discurso” del Partido Popular sobre la saturación turística, Ramis atribuye esto a un intento “de desmovilizar a la gente, tal como lo hicieron cuando había un gobierno de izquierda”.
Dicho esto, GOB y grupos afines que participaron en la reunión para lanzar el pacto y están representados en los grupos de trabajo resultantes mantendrán esta participación: “Es una herramienta más para aplicar presión”.
Las reuniones de los 12 grupos de trabajo que abarcan temas como la sostenibilidad social comenzaron la semana pasada. Están destinados a esbozar medios para reformular el modelo turístico y la estrategia económico-social para las próximas décadas.
Ramis descarta la idea de que las protestas generen una disminución significativa en la demanda turística. En su opinión, es la propia saturación lo que está espantando a los turistas. “Muchas personas ya dejan de venir cuando ven lo saturada que está la isla. No somos nosotros quienes estamos destruyendo el turismo, son ellos mismos”. Con esto se refiere a los hoteleros y, por extensión, a todo el sector turístico.
Ella enfatiza que la intención “no es jugar con el futuro de nadie; el tema laboral nos preocupa mucho”. La asociación de camareras de pisos y los sindicatos estuvieron presentes en la marcha del domingo. Para ella, esto fue una indicación de que la protesta es generalizada y del impacto negativo que el modelo actual de crecimiento económico tiene en la clase trabajadora.
Con este fin, uno de los principales sindicatos, la CCOO, llamó la atención el lunes sobre lo que describió como una inseguridad laboral crónica entre los trabajadores de la hostelería. Las llegadas récord de turistas y la facturación empresarial de esta temporada “no se están traduciendo en mejoras en las condiciones laborales y de vida”. El aumento del precio de la vivienda y el costo de vida han disuadido a los trabajadores temporales, una situación que “minimiza” la fuerza laboral y lleva a “ciertas empresas a aprovecharse para incumplir la ley y el convenio colectivo”.
Hay sobrecarga de trabajo para la que no hay una remuneración adecuada. “Y habrá un aumento de los accidentes laborales y las bajas por enfermedad debido al trabajo extra”.
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