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Casi todos los 300 millones de pelotas de tenis fabricadas cada año terminan su vida útil en un vertedero. Ahora, una eco-diseñadora belga ha comenzado a convertir algunas de ellas en muebles personalizados de una manera que evita que el fieltro y las pelotas de goma se conviertan simplemente en más basura.
Para crear las partes de micro-amortiguación para sus dos artículos de marca, un banco y una tumbona, Mathilde Wittock y su equipo pueden cortar manualmente hasta 1,800 pelotas al día. Cuando los muebles están terminados, uno puede entender por qué las dos o tres semanas que se tarda en fabricar las piezas valen la pena. Las pelotas de tenis son realmente atractivas, especialmente con el pelaje pintado para que coincida con los colores interiores.
Banco hecho de madera y pelotas de tenis recicladas. Crédito: mwodesign.com
Dado que las pelotas de tenis son duraderas, tienen una vida útil corta y necesitan 400 años para degradarse en un vertedero, fueron una opción fácil para Mathilde al buscar nuevas fuentes de materiales. Para poner en contexto lo fácilmente disponibles que son los materiales para los muebles de Mathilde Wittock, el recientemente celebrado US Open utilizó 70,000 pelotas de tenis que luego fueron desechadas.
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El gas que da a las pelotas de tenis su rebote y la razón por la que su embalaje está sellado como una lata de sopa son causados por este gas. Una vez que la pelota se abre, el gas escapa gradualmente de su centro, dejándola plana y, en última instancia, no apta para jugar.
Una vez que los propietarios de los muebles comprados a Mathilde Wittock decidan que ya no quieren los artículos, pueden devolverlos a Wittock, quien quemará el pelaje y enviará las carcasas de goma para que sean trituradas y recicladas en alfombras de juego aptas para niños.
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