El Reino Unido ha subido en la clasificación de un grupo de naciones ricas para tener el segundo mayor crecimiento económico de este año, según ha predicho un grupo de expertos. Se espera que la economía crezca un 1,1%, la misma tasa que Canadá y Francia, pero por detrás de Estados Unidos. La estimación de crecimiento previa de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en mayo había situado el crecimiento del Reino Unido en un 0,4% para este año. La canciller Rachel Reeves dio la bienvenida a las cifras de crecimiento más rápidas, que ayudarán a reforzar el tono más optimista que buscaba trasmitir en su discurso en la Conferencia Laborista. Enfrenta el desafío de gestionar las expectativas antes del Presupuesto del mes próximo explicando las dificultades que se avecinan, mientras intenta pintar un panorama positivo para fomentar la inversión. “El Presupuesto del mes próximo se centrará en arreglar las bases, para poder cumplir la promesa de cambio y reconstruir Gran Bretaña”, dijo Reeves. La OCDE, que es un grupo de expertos reconocido a nivel mundial, dijo que el crecimiento económico había sido “relativamente sólido” en muchos países, incluido el Reino Unido. Pero añadió: “Persisten riesgos significativos. Las tensiones geopolíticas y comerciales podrían dañar cada vez más la inversión y aumentar los precios de importación”. Aunque la predicción de la OCDE para el Reino Unido ha mejorado para este año, solo disfrutará del cuarto crecimiento más rápido en 2025, del 1,2%, por delante solo de Alemania e Italia. Se prevé que el Reino Unido también vea cómo suben los precios al consumidor a un ritmo más rápido que otras naciones del G7. Se espera que aumenten un 2,7% este año y un 2,4% el próximo, según la previsión de la OCDE. Las estimaciones económicas de la OCDE, que se publican dos veces al año, tienen como objetivo dar una guía sobre lo que es más probable que suceda en el futuro, pero pueden ser incorrectas y cambian. Se utilizan por las empresas para ayudar a planificar inversiones, y por los gobiernos para orientar decisiones políticas. La OCDE ha recetado una reducción “cuidadosamente juzgada” de las tasas de interés y una acción “decisiva” para reducir la deuda y permitir más margen a los gobiernos para reaccionar ante posibles futuros impactos económicos. Argumentó que es clave realizar mayores esfuerzos para contener el gasto gubernamental y recaudar más ingresos para estabilizar las cargas de deuda. Muchos países ricos se enfrentan a poblaciones envejecidas, a los desafíos del cambio climático y a la presión geopolítica para aumentar el gasto en defensa. Todo esto ocurre después de la crisis financiera de hace 16 años y, más recientemente, la pandemia de Covid, que aumentó el endeudamiento gubernamental y acumuló niveles más altos de deuda. Sin embargo, no todos los economistas están de acuerdo en que reducir la deuda deba ser la prioridad política. Algunos preferirían ver que el endeudamiento aumentara durante un tiempo, lo que, según argumentan, impulsaría el crecimiento y reduciría la deuda a largo plazo. La historia continúa.