El Primer Ministro de Francia, Michel Barnier, se espera que presente su renuncia hoy, horas después de ser destituido en una votación de no confianza. El gobierno de Barnier colapsó después de que los diputados votaran abrumadoramente a favor de la moción en su contra, tan solo tres meses después de ser nombrado por el Presidente Emmanuel Macron. Barnier probablemente se mantendrá como primer ministro interino mientras Macron elige un sucesor, un proceso que podría llevar semanas. La votación de anoche fue la primera vez que un gobierno francés fue derrocado por el parlamento en más de 60 años. Marine Le Pen de extrema derecha y la coalición de izquierda Nuevo Frente Popular se unieron para derrocar al gobierno de Barnier, después de que el ex negociador del Brexit usara polémicamente poderes especiales para aprobar su presupuesto sin votación. Un total de 331 votaron a favor de la moción, mucho más de los 288 requeridos para que fuera aprobada. Barnier ahora está obligado a presentar la renuncia de su gobierno, mientras que el presupuesto que provocó su caída se retira automáticamente. Macron, quien regresó a Francia tras una visita de estado a Arabia Saudita, tiene previsto dar un discurso televisado a la nación el jueves por la noche. Macron no se ve afectado constitucionalmente por la renuncia de Barnier. Pero muchos políticos de la oposición están cada vez más abiertos a querer forzarlo a renunciar y convocar elecciones presidenciales anticipadas, algo que el presidente ha insistido en que está fuera de discusión. La coalición de izquierda Nuevo Frente Popular (NFP), que ganó la mayoría de los escaños en las elecciones parlamentarias, había criticado previamente la decisión de Macron de nombrar al centrista Barnier como primer ministro en lugar de su propio candidato. Junto con la extrema derecha del Rally Nacional (RN), consideraron inaceptable el presupuesto de Barnier, que incluía 60 mil millones de euros (49 mil millones de libras) en reducción del déficit. Marine Le Pen, líder de RN, dijo que el presupuesto era “tóxico para los franceses”. Antes de la votación, Barnier dijo a la Asamblea Nacional que destituirlo no resolvería los problemas financieros del país. “Hemos llegado a un momento de verdad, de responsabilidad”, dijo, agregando que “debemos mirar las realidades de nuestra deuda”. “No presenté casi exclusivamente medidas difíciles porque quería”. En una entrevista con el canal de televisión francés TF1 el miércoles, Le Pen dijo que no había “otra solución” que destituir a Barnier. Al preguntarle sobre las perspectivas del presidente francés, ella respondió: “No estoy pidiendo la dimisión de Emmanuel Macron”. Sin embargo, muchos de sus aliados esperan cada vez más abiertamente poder forzarlo a renunciar. El asesor de RN, Philippe Olivier, dijo a Le Monde que el presidente era “un monarca republicano caído, avanzando con la camisa abierta y una soga alrededor del cuello hasta la próxima disolución [del parlamento]”. No se pueden celebrar nuevas elecciones parlamentarias hasta julio, por lo que el actual estancamiento en la Asamblea, donde ningún grupo puede esperar tener una mayoría de trabajo, continuará.
