La extrema sequía que afecta a gran parte de Sudamérica ha reducido drásticamente el caudal del río Amazonas en la frontera entre Colombia, Perú y Brasil, afectando el suministro de alimentos y amenazando la salud de los residentes.
“El Amazonas se está secando”, se quejó el alcalde del pueblo fronterizo colombiano de Leticia, que se encuentra en uno de los dos brazos del río que pasan por la zona de las Tres Fronteras.
El nivel del Amazonas, el río más grande del mundo en volumen, ha caído 10 metros en Leticia entre junio y agosto, según el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia.
Las aguas en retroceso han convertido las orillas del río en empinadas paredes de tierra, impidiendo que las barcazas que abastecen a los 60.000 habitantes de Leticia con alimentos, agua potable y combustible puedan atracar en el pueblo.
El nivel del agua es tan bajo que la comunidad ha construido escaleras de madera desde el muelle hasta el agua.
El alcalde de Leticia, Elquin Uni, dijo que los bienes básicos se han vuelto más escasos y caros a medida que el pueblo se encuentra varado.
“Ahora incluso tardan dos o tres meses en llegar. Esto ha dificultado las cosas y está poniendo en riesgo la calidad de vida y el costo de vida de nuestros ciudadanos”, dijo.
En julio, el ayuntamiento de Leticia declaró una “alerta amarilla” por los niveles de agua en descenso.
El líder indígena local Crispin Angarita dijo a AFP que no había visto el Amazonas a un nivel tan bajo en medio siglo y advirtió sobre la amenaza para las personas que necesitan atención médica urgente.
En ausencia de transporte fluvial “se tarda cuatro horas en llegar a un centro de salud”, dijo.
Los medios peruanos informaron que la sequía había permitido caminar por el Amazonas desde la ciudad peruana de Santa Rosa de Yavari hasta Leticia, normalmente separadas por 800 metros de agua.
Angarita dijo que la sequía también estaba amenazando los medios de vida de las comunidades ribereñas, que viven principalmente de la producción de maíz, arroz, yuca y otros cultivos.
En Brasil, la peor sequía en siete décadas está avivando la peor temporada de incendios forestales en años, que ha afectado no solo a la región amazónica sino también a los humedales del Pantanal del suroeste.
En Perú, la presidenta Dina Boluarte declaró el miércoles el estado de emergencia por los incendios mortales que arden en tres departamentos, incluido Amazonas, también relacionados con una grave sequía.
Septiembre suele ser el mes más seco en la región de las Tres Fronteras, pero 2024 está marcando un terreno peligrosamente nuevo, dijo Santiago Duque del Instituto de Investigación Amazónica de la Universidad Nacional de Colombia.
“Hemos tenido dos años de sequías extremas y esta es peor ya que hubo menos lluvias al principio del año”, dijo.
Duque atribuyó gran parte de la culpa de la situación a la deforestación desenfrenada en el Amazonas, lo que a su vez reduce la humedad y las precipitaciones.
“Estamos destruyendo gradualmente el Amazonas”, dijo. “Cada vez nos damos más cuenta de que nunca se verá como lo hizo en el pasado”.