I Said I Love You First no se anda con rodeos sobre su razón de ser. Viene con una portada que muestra a los prometidos Selena Gomez y Benny Blanco acurrucados en la cama, la fotografía aparentemente tomada a través de una cerradura, como si su audiencia potencial estuviera espiando un momento íntimo. Si no captas la idea, hay una explicación adjunta sobre cómo celebra la “historia de amor” de la estrella pop y el superproductor pop, cómo se unió “orgánicamente” gracias a la comodidad entre ellos, y “refleja auténticamente sus experiencias”.
La obra de arte de I Said I Loved You First
Ya sea que esto te convenza o te haga huir en dirección opuesta gritando de horror, sin duda es cuestión de gusto personal. Depende de cómo te sientas acerca de las muestras públicas de afecto, especialmente aquellas diseñadas para hacer dinero a la pareja en cuestión, una idea que la historia sugiere que está llena de riesgos. A lo largo de los años, una serie de nombres legendarios del pop han optado por conmemorar su amor juntos en canciones: Sonny y Cher, Kylie y Jason, Nas y Kelis, por no mencionar a Katie Price y Peter Andre, solo para ver cómo sus relaciones se desmoronan. Gomez y Blanco, quien produjo éxitos de los 2010 como Teenage Dream de Katy Perry, Moves Like Jagger de Maroon 5 y Diamonds de Rihanna, incluso le dieron a la revista Interview el tipo de exclusiva de Hello! magazine en la que una estrella de Coronation Street muestra su anillo de compromiso.
Aún así, puedes ver por qué podrían haberlo hecho. Por un lado, la emoción inicial del romance puede hacerte perder la cabeza, cegado a la idea de que tu amor pueda causar repulsión a cualquiera fuera de tu burbuja. Podrías burlarte de pasar ese tipo de comportamiento como “arte que refleja auténticamente sus experiencias”, pero luego mira a John Lennon y Yoko Ono favoreciendo al mundo con una foto de ellos desnudos. Y vivimos en una era donde el fandom del pop parece estar basado en analizar cada letra en busca de insinuaciones sobre la vida personal de sus ídolos, algo que Gomez, la mujer más seguida en Instagram, conoce bien. Es indescriptiblemente reduccionista, pero si los fans están empeñados en ver tu música como una nota a pie de página de tu vida privada, entonces ¿por qué no darles lo que quieren?
Selena Gomez y Benny Blanco: Younger and Hotter Than Me – video
Así que el álbum sigue aproximadamente una trama narrativa, desde los escombros de una relación previa fallida hasta la felicidad actual de la pareja. En justicia, las letras no son tan pegajosas como podría sugerir el texto adjunto, pero hacen muchas cosas que las parejas enamoradas suelen hacer: alardear sobre lo felices que son frente a amigos solteros, ser pasivo-agresivos cuando se encuentran con sus ex (“Sé que vas a encontrar a alguien perfecto”) y ofrecer demasiada información sobre su vida sexual. Es todo esto de “cabálgalo como un vaquero” y “solo quiero pasar toda la noche”. Si su próximo matrimonio es bendecido con hijos, temes pensar cómo se tomará cuando dichos niños lleguen a la adolescencia.
Musicalmente, cuenta con la participación de grandes nombres, como el hermano y colaborador de Billie Eilish, Finneas, Gracie Abrams, el rapero GloRilla y Charli xcx, entre otros, siendo esta última quien contribuye a un pop dance trepidante y claramente post-Brat llamado Bluest Flame. I Said I Love You First recorre una selección de estilos pop de moda, desde el pop latino asistido por J Balvin que se inclina hacia la herencia mexicana de Gomez hasta una balada de piano interpretada en el estilo vocal confuso conocido como “canto cursivo” o “voz de chica indie” – supuestamente indicativo de intimidad confesional, puede sonar notablemente como si estuvieras cantando con el labio inferior sacado como un niño petulante de cuatro años. Hay una pista tensa influenciada por new wave/pop-punk con una guitarra que va chugga-chugga (Call Me When You Break Up), una canción que se asemeja mucho a una balada de Billie Eilish (Don’t Take It Personally) y muchas cosas que suenan como Lana Del Rey, cuya influencia cuelga particularmente pesada sobre How Does It Feel to Be Forgotten? y You Said You Were Sorry.
Está todo bastante bien hecho, pero significa que un proyecto que claramente es muy personal lucha finalmente por desarrollar una identidad clara propia, un problema que ha afectado a Gomez como estrella del pop a pesar de algunos grandes éxitos esporádicos; en los últimos años, sus mayores éxitos han sido como actriz en Only Murders in the Building y la malograda Emilia Pérez. Además, las canciones no son muy memorables. Esto parece desconcertante, dado lo exitoso que es Blanco: independientemente de lo que pienses de Teenage Dream o Moves Like Jagger, son canciones increíblemente pegajosas. Podrías asumir que traería lo mejor de sí mismo a un álbum donde comparte créditos con su prometida, pero las canciones pegajosas son sorprendentemente escasas – lo mejor podría ser la melodía tipo chanson de Ojos Tristes – lo que quizás explique la recepción relativamente moderada que han tenido los sencillos lanzados hasta ahora, a pesar de una campaña mediática en curso.
En todas sus apariciones mediáticas juntos, Gomez y Blanco parecen ser una pareja genuinamente dulce: divertidos, autocríticos, mucho más conscientes de sí mismos de lo que la idea de producir arte que refleje auténticamente sus apariencias podría sugerir. Es tentador decir que puedes divertirte más – y, si estás interesado en esas cosas, obtener una mejor visión de su relación – viéndolos comer alitas de pollo sumergidas en una salsa de chile que derrite la lengua en la serie de YouTube Hot Ones que escuchando I Said I Love You First. Ciertamente no es tan cursi como podrías temer – no quieres huir de él a toda velocidad – pero tampoco puedes imaginarte pasando demasiado tiempo en su presencia, por mucho que desees lo mejor para sus autores.