Se necesita un gran pacto para abordar la crisis.

Ante la visita del primer ministro Pedro Sánchez a Palma el sábado, dos asociaciones inmobiliarias de Baleares – ABINI y API – enviaron al primer ministro una carta conjunta pidiendo un gran pacto por la vivienda. “Si no se toman medidas urgentes, nuestra sociedad se verá condenada a expulsar a sus propios ciudadanos debido a la incapacidad de encontrar un hogar.”

Insistiendo en que la vivienda debe entenderse como un derecho “y no como un activo especulativo”, afirmaron que se necesitan medidas que desalienten esta especulación sin obstaculizar “la inversión responsable y la oferta de viviendas”. Las dos asociaciones esperaban que la visita del primer ministro “marcara un punto de inflexión para comenzar a construir las bases de entendimiento entre las diferentes fuerzas políticas, dejando de lado las diferencias y priorizando el bienestar de la gente de Mallorca y aquellos que han elegido nuestras islas para vivir”.

“La vivienda no puede seguir siendo utilizada como un campo de batalla político. Mientras los diferentes partidos se acusan mutuamente de inacción, las familias ven cómo se les escapa la posibilidad de tener un hogar en su propia tierra. Hablamos en nombre de nuestro sector, pero este sentimiento es compartido en toda la sociedad balear. Es una preocupación que afecta a trabajadores, empresarios, jóvenes, familias y ancianos, porque el derecho a una vivienda digna se ha convertido en un lujo inalcanzable para muchos.”

La crisis de vivienda ha “desbordado completamente”. La falta de consenso político ha convertido este problema “en un arma utilizada por partidos políticos y administraciones, mientras que las soluciones reales siguen siendo esquivas”. Esta fue una crítica velada a Vox, que esta semana vetó el decreto del Gobierno Balear para liberalizar el suelo urbano en Palma y facilitar la construcción de hasta 20,000 viviendas, la mitad de ellas de naturaleza asequible, una propuesta apoyada por el sector inmobiliario.

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ABINI y API señalaron medidas que desde hace tiempo se han pedido, como agilizar los procedimientos y reducir la burocracia para facilitar la construcción de viviendas asequibles, así como más incentivos fiscales y ayuda real para los residentes, especialmente para los jóvenes y familias que no pueden acceder a una vivienda decente. Destacaron la necesidad de una política de vivienda estable, inalterada con cada nuevo gobierno, que genere certeza legal y confianza, así como un consenso inmediato entre los gobiernos español y balear para abordar la crisis de vivienda en las islas.

“Somos una tierra de luchadores, que defendemos lo que es nuestro y a nuestros seres queridos, pero también una tierra de acogida, elegida por muchas personas que ven nuestras islas como un lugar maravilloso para vivir. Sin embargo, mientras tantos llegan con la esperanza de establecerse aquí, muchas familias mallorquinas sufren la realidad de una vivienda inaccesible. No podemos seguir esperando mientras la situación empeora.”