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El viernes, diez vuelos fueron cancelados y más de cien sufrieron retrasos en el Aeropuerto de Palma Son Sant Joan debido al impacto continuo de las tormentas en el Mediterráneo.
Aunque lo peor del clima causado por la depresión DANA se había alejado de las Islas Baleares, los efectos de dos días de tormentas aún se sentían. Los retrasos y cancelaciones se habían acumulado, mientras que el tráfico aéreo, como señaló la autoridad de aeropuertos Aena, seguía siendo desviado debido a las condiciones adversas en otras partes de Europa.
Desde el miércoles hasta el viernes se cancelaron 340 vuelos: 150 el miércoles, 180 el jueves y diez el viernes. Se espera que el aeropuerto recupere la total normalidad el sábado.
Como suele suceder, los pasajeros sufrieron la falta de información. Ha habido críticas a la falta de información y servicios que las aerolíneas están obligadas a proporcionar, como alojamiento.
La asociación de consumidores Consubal en las Islas Baleares ha expresado sus críticas, especialmente en lo que respecta a la reserva de vuelos alternativos. “Es un problema para aquellos que tienen que regresar a casa, porque los están perjudicando si quieren comprar otro billete”, dijo el presidente Alfonso Rodríguez. Acusa a las aerolíneas de lucrarse bajo el pretexto de situaciones de fuerza mayor.
La mayoría de las quejas recibidas por Consubal aparentemente han sido contra Ryanair y Vueling. Por su parte, Ryanair sostiene que las condiciones climáticas no fueron lo suficientemente significativas como para desviar vuelos.
La portavoz del sindicato USCA de controladores aéreos, Beatriz González, dice: “Queremos que la gente entienda que la seguridad es lo primero”. Agrega que Enaire, la empresa estatal de navegación aérea, había organizado los refuerzos necesarios para las torres de control el miércoles en previsión de los problemas que las tormentas causarían.
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