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El 7 de octubre, el Ayuntamiento de Alcudia, el Consejo de Mallorca, el Gobierno Balear, Red Eléctrica y los residentes locales estarán representados en una reunión de un grupo de coordinación que buscará llegar a un consenso sobre la ruta terrestre que seguirán los cables eléctricos (hay dos de ellos) desde la península. El destino final, como se ha entendido desde que el Gobierno español y Red Eléctrica presentaron el proyecto hace más de dos años, será la subestación de Sant Martí en el polígono industrial cercano a la central eléctrica de Es Murterar.
Además, hay un proceso de información pública de 45 días para el estudio de impacto ambiental. Según Red Eléctrica, esto tiene como objetivo “definir un proyecto con consenso y encontrar la mejor solución desde un punto de vista técnico, social y ambiental”.
Consenso, consenso, consenso. Personalidades como el Presidente Prohens se reunieron en el salón de plenos hace dos meses para la firma de un documento que era un acuerdo en principio, para el cual había consenso (según se dijo). ¿Lo hubo? ¿Y para qué? Todos aplaudieron este acuerdo histórico, algunos, como el presidente, más entusiastamente que otros, como el presidente de Vecinos de Alcudia Afectados por el Cable, Sebastià Pujol. La asociación de residentes afectados por el cable insistía en que el cable no pase cerca de ninguna zona urbana o residencial, o que, en caso de hacerlo, se tomen medidas de seguridad extremas. Uno no podía evitar sentir que los residentes habían sido algo presionados hacia este consenso, sea lo que fuere.
El punto de entrada específico parece ahora ser definitivo – Sa Ferradura, que se encuentra entre S’Illot y el puerto deportivo de Bonaire en la Bahía de Pollensa. La elección de Sa Ferradura, según el gobierno y Red Eléctrica, se debe a la “falta de impacto” en las praderas de posidonia. Lo cual es muy probablemente cierto. Los mapas de posidonia muestran claramente áreas donde hay posidonia insignificante frente a la costa de la Bahía de Pollensa. Por eso se propuso primero S’Illot.
La ruta marítima aparentemente ya no está en discusión, con o sin consenso, el desafío ahora es la ruta terrestre hacia la subestación, teniendo en cuenta las preocupaciones ambientales y de salud que se han expresado. Aparentemente hay trece alternativas, cinco de ellas propuestas por Red Eléctrica; las otras ocho provienen de una mezcla del ayuntamiento, el Consejo y el gobierno.
La empresa sugiere que hay acuerdo (o tal vez consenso) “para incorporar cambios con el fin de priorizar una ruta que discurre, en gran medida, por carreteras del Consejo de Mallorca”. Sin embargo, estas carreteras no incluyen la carretera de Alcanada, por la cual el cable de alta tensión de Sant Martí al puerto tuvo que ser tendido hace algunos años después de todas las objeciones respecto a la ruta por C. Teodor Canet. Tampoco incluirá las carreteras del Consejo por las cuales el cable podría ser tendido hasta Sant Martí. Esto se debe a que la entrada en Puerto Alcudia nunca ha sido considerada seriamente. Todo por esa posidonia.
Según se entiende – y se necesita cierta comprensión – hay una ruta preferida que llevará el cable por carreteras como Avda. Mal Pas y Camí Hort dels Moros antes de salir a la carretera principal de la costa de Alcudia a Puerto Pollensa. Parece que luego iría por un par de carriles antes de unirse a la sección de la MA-13 que pasa junto a la gasolinera Cepsa. En lugar de seguir luego por las carreteras principales todo el camino pasando por el Puig Sant Martí hasta el polígono industrial, se desviaría en el cruce hacia Tucán, pasaría por el Camí Puig y Pedro Mas y Reus y llegaría a C. Can Vauma, dividiendo así Bellevue antes de ser desviado al polígono industrial. Por lo que se puede entender, este tramo final pasando por Bellevue es la única parte que se ajusta a la disposición del cable de alta tensión existente.
He visto un informe que sugiere que la ruta podría afectar parte de Pollensa. Puede que haya una opción que lo haga, aunque por más que lo intente no puedo entender por qué – estaría yendo en la dirección equivocada.
Destacando que la ruta que he esbozado aquí no es definitiva, se vuelve a la cuestión del consenso. Parte de la ruta no llevará el cable cerca de casas, pero un punto de entrada en la Bahía de Pollensa, a menos que fuera en Sa Marina (que el ayuntamiento propuso en algún momento), inevitablemente significará que sí lo hará. Bonaire, Morer Vermell, Barcares se verán todos afectados.
Veremos qué opina el grupo de coordinación sobre esto. Mientras tanto, un partido en el ayuntamiento – El Pi – ha sugerido que la alcaldesa, Fina Linares, sabía que el punto de entrada sería la Bahía de Pollensa a pesar de haber dicho que no sabía cuál sería la ruta. El Pi enfatiza que los residentes protestaron contra la Bahía de Pollensa y que el partido de la alcaldesa, el Partido Popular, apoyó a los residentes.
¿Consenso? Nunca lo habrá. Pero mientras tanto, hay mucho que digerir – nueve páginas completas en la prensa el viernes. Este documento se refiere a la solicitud de autorización administrativa “inicial” y enumera todas las partes relevantes implicadas en el estudio de impacto ambiental tanto en Valencia como en Mallorca. El municipio de Pollensa está incluido en esta lista, al igual que Alcudia, aunque sigo desconcertado sobre por qué. El hecho de que Red Eléctrica haya tomado la molestia de pedir a la delegación del Gobierno español en las Islas Baleares que publique todo esto quizás indique que la empresa tiene una idea bastante clara sobre la ruta.
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