Robos en el aeropuerto de Palma dirigidos a pasajeros y equipaje.

La preocupación se ha extendido entre los gerentes, supervisores y operadores de los diversos establecimientos comerciales ubicados fuera de las terminales de salida y llegada en el aeropuerto de Palma. Se ha identificado a personas sin hogar que residen en la zona como los autores de robos repetidos en los últimos días, incidentes que han sido informados a las autoridades, lo que ha provocado la intervención ocasional de la Policía Nacional o personal de seguridad privada, y en algunos casos incluso de la Guardia Civil.

Alimentos, bebidas —especialmente cerveza y vino— y otros artículos expuestos en diferentes lugares han sido robados, con los autores siendo atrapados en múltiples ocasiones. Estos incidentes han causado preocupación entre el personal del aeropuerto, que ahora vigila de cerca a posibles sospechosos y no duda en enfrentarlos cuando es necesario.

A medida que se acerca la temporada turística y se prevé un aumento en el número de pasajeros —creando más oportunidades para estos ladrones oportunistas— las preocupaciones aumentan. Sus acciones han obligado en ocasiones a los negocios a cerrar abruptamente los refrigeradores y bajar las persianas de seguridad para evitar posibles robos, lo que ha provocado medidas de seguridad más estrictas.

Los propios acusados niegan estas afirmaciones. “Nosotros no robamos; vamos a los bares aquí y pagamos. A veces, algunos de los guardias incluso nos invitan a un café”, dice Carlos, uno de las personas sin hogar que viven en el aeropuerto de Palma. “Somos pobres, pero no somos ladrones”, agrega, quejándose de los altos precios en estos establecimientos. “Nos cobran €2.75 por un café con leche, y luego más por una taza de cartón —es un abuso para personas como nosotros”, dice Carlos.

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Mientras tanto, también se han producido incidentes de robo, o intento de robo, en varios puestos de comida y bebida, así como en tiendas que venden periódicos, revistas y otros artículos. Esto ha creado un sentido de inseguridad, obligando a los empleados a intensificar sus esfuerzos para prevenir estos robos, que se han convertido en un dolor de cabeza importante para quienes gestionan negocios en el aeropuerto de Palma.

Estas preocupaciones se extienden a otras actividades relacionadas con el aeropuerto, con informes de intentos de robos dirigidos a pasajeros en los mostradores de facturación, así como a su equipaje mientras esperan para facturar, acceder al área de embarque en salidas, o incluso mientras esperan transporte en llegadas.