And that’s what Silverman is doing with Postmortem. She’s taking a risk, sharing her most personal and vulnerable moments with her audience, while still infusing it with the irreverent humor that made her famous. It’s a balancing act, but one that she navigates with grace and honesty. And as she prepares to bring the show to London, she reflects on the journey that has led her here, from her early days as a brash and boundary-pushing comic to the thoughtful and introspective performer she is today.
“To be the same person creatively as you were 20 years ago doesn’t feel like success to me,” Silverman says. And indeed, she has evolved and grown as a comedian and as a person. Postmortem is a testament to that growth, a reflection of the changes and challenges she has faced along the way. And while she may not be crying on stage, she is certainly baring her soul in a way that is both brave and inspiring.
Whether she’s making cum jokes or sharing stories about her late parents, Sarah Silverman is a comedian who continues to push boundaries and challenge expectations. And in doing so, she reminds us that comedy can be a powerful tool for healing, introspection, and connection. So as she takes the stage in London, notes hidden in the wings, ready to make us laugh and maybe even shed a tear, we can’t help but applaud her bravery and authenticity. In a world that often feels heavy and overwhelming, Sarah Silverman is a bright light, shining with humor, heart, and humanity.
“Algunas personas son como” – ella pone voz de jock – “¿Recuerdas cuando era graciosa? Pero eso no es asunto mío. Todo lo que tengo es esta vida y navegar como yo veo conveniente”. Si eso significa ceder el centro del escenario a algunos actos más jóvenes, bueno, hay consuelo. No menos importante es que muchos de ellos – una generación extraordinaria de cómicas estadounidenses, como Cat Cohen y Kate Berlant – claramente están influenciadas por la Silverman de la era de oro, “ignorante-arrogante”, ¿es ella real?.
“He visto a cómicos legendarios sentir tanta frustración”, dice Silverman, “al ver a la próxima generación llevar su influencia y ir más allá. Vi cómo les consumía – y así no se puede vivir. Deberías estar emocionado de haber tocado a la gente. Las mejores y más influyentes cosas no resisten 25 años después. Ni deberían. Todo el mundo piensa demasiado en lo que la gente va a pensar de ellos cuando estén muertos. Como, ¿a quién le importa? Ni siquiera deberías estar pensando en lo que la gente piensa de ti cuando estás vivo. Toma tanto tiempo y espacio de tu felicidad”.
Con Postmortem llegando a su despedida final, la felicidad de Silverman dependerá ahora de encontrar algo más que hacer con su tiempo. “Me encantan los trabajos extraños”, dice – como trabajos de actuación y presentar su popular podcast, en el que juega el papel de confidente y tía de la angustia para las preguntas y preocupaciones del público. Está la demanda colectiva que está persiguiendo contra Meta, por presuntamente entrenar su modelo de IA en libros con derechos de autor, incluido el suyo. Y los pensamientos se están volviendo hacia lo que su próximo show de stand-up podría tratar. “Tuve que subir al escenario y encontrar nuevo material la otra noche”, dice, “y todo era sobre Call of Duty. No funcionó bien. No tengo una gran base de fans de Call of Duty”.
¿Podría figurar el estado de la nación estadounidense? “Necesitaría un ángulo sobre eso que sea gracioso”, dice. “Y en este momento, todo es tan inquietante”. Recientemente asistió al prestigioso premio Mark Twain que se le otorgó al cómico Conan O’Brien, un evento que se realizó en el asediado Kennedy Center, ahora colonizado por la turba de Maga. David Letterman llamó a esto “un acto cómico de resistencia” a Trump. “Fue realmente especial”, dice Silverman. Le hizo pensar “tal vez podemos hacer algo”.
Más inmediatamente, Londres llama – y no siempre ha sido un terreno feliz para la cómica. En su actuación en el Hammersmith Apollo de 2008, entonces con 37 años, fue abucheada cuando dejó el escenario después de solo 45 minutos (o 50, como ella sigue insistiendo). “No sabía que esperaban, como, shows de dos horas en Inglaterra”, dice ahora, reviviendo valientemente la experiencia para esta entrevista. “No viajo mucho. Estaba tan deprimida. Me hizo simplemente decir, ¡Joder Inglaterra! Pero ya lo superé. Me emociona volver ahora”.
¿Con, asumo, tres horas y media de material preparado, por si acaso? “Todavía es solo una hora”, dice. “Quizás un poco más”. Comprometida con el cambio puede ser Silverman, pero a su manera y no a la de nadie más.
Postmortem se presentará en el London Palladium el 28 de abril. Tickets en MyTicket.co.uk.