Revisión del estatus de protección de la tauromaquia en España por el Congreso después de que los manifestantes reúnen 700,000 firmas.

El estatus de patrimonio cultural protegido de la tauromaquia será reconsiderado por el congreso de España después de que una campaña de protesta recopiló más de 700,000 firmas.

La campaña No Es Mi Cultura entregó 715,606 firmas a la Comisión Electoral, superando las 500,000 firmas requeridas para forzar la consideración parlamentaria.

La iniciativa tiene como objetivo derogar una ley de 2013 que designó a la tauromaquia como patrimonio cultural, un estatus que proporciona financiación gubernamental y evita que los municipios locales implementen prohibiciones.

Aïda Gascon, directora ejecutiva de AnimaNaturalis, representando a uno de los grupos organizadores, dijo que el recuento de firmas demuestra un amplio sentimiento público en contra de mantener el estatus protegido de la tauromaquia.

Los manifestantes frente al parlamento de España en Madrid celebran la entrega de sus 700,000 firmas. Crédito: Roland Bos

La iniciativa ha recibido apoyo de varias organizaciones de bienestar animal, incluida PETA.

Bajo la legislación actual, la tauromaquia goza de protecciones especiales y financiamiento como patrimonio cultural reconocido, pero la batalla sobre el lugar de la tauromaquia en la España moderna se ha intensificado en las últimas dos décadas.

Cataluña prohibió la práctica en 2010, convirtiéndose en la segunda región española después de las Islas Canarias en hacerlo.

Sin embargo, el Tribunal Constitucional de España anuló la prohibición catalana en 2016, dictaminando que los gobiernos regionales no podían prohibir una práctica protegida por leyes nacionales de patrimonio cultural.

Los defensores de la tradición sostienen que representa un aspecto importante de la identidad cultural española y proporciona beneficios económicos a las comunidades rurales.

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Encuestas recientes sugieren un cambio en las actitudes públicas hacia la práctica, con encuestas que indican que aproximadamente el 80% de los españoles se oponen al uso de animales en corridas de toros.

Más de 125 municipios españoles se han declarado simbólicamente en contra de las corridas de toros, aunque actualmente no pueden hacer cumplir prohibiciones bajo la ley de 2013.

El cambio en la opinión pública ya ha influido en importantes instituciones, con el periódico más grande de España, El País, y el canal especializado Canal Toros recientemente cesando su cobertura de eventos taurinos, citando el declive del interés público.

El Congreso ahora estará obligado a considerar la iniciativa, aunque no se ha establecido un plazo para el debate parlamentario.

El estatus protegido de la práctica tiene profundas raíces políticas. Durante la dictadura de Francisco Franco (1939-1975), la tauromaquia fue promovida como un símbolo de la identidad nacional española.

En los años siguientes a la transición de España a la democracia, se volvió cada vez más controvertida, con críticos que la ven como un vestigio del pasado autoritario del país y defensores que la defienden como una forma de arte central para la cultura española.

Bajo la legislación actual, la tauromaquia goza de protecciones especiales y financiamiento como patrimonio cultural reconocido.