Aquí hay una extraña e incoherente aria de desconcierto semi-cómico de la Europa liberal blanca, y de una Alemania cuya audaz actitud de la era de Angela Merkel de “Wir schaffen das” -o “Podemos manejar esto”- hacia los refugiados se ha convertido en ansiedad. El veterano director alemán Tom Tykwer ha creado una comedia realista mágica pesada que dura dos horas y 40 minutos sobre una complicada familia extendida en Berlín cuyas vidas dolorosas son transformadas por un refugiado mágico cuyo propósito es salvar su felicidad. La película utiliza dos veces Bohemian Rhapsody de Queen para proporcionar una explosión de energía de jukebox – la segunda vez al final, indicando preocupantemente que la canción clásica se está utilizando para salvar el día porque la película se ha quedado sin ideas.
Lars Eidinger ofrece una actuación musculosa y sin complejos como Tim, un padre moderno y fresco que escribe copias publicitarias para marcas conscientes del medio ambiente, anda en bicicleta en la lluvia torrencial y tiene la inquietante costumbre de desnudarse cuando llega a su apartamento bohemio. Nicolette Krebitz interpreta a su esposa, Milena, quien intenta establecer un teatro comunitario en África con una subvención del gobierno alemán. Pero sus hijos adolescentes, la eco-protestante Frieda (Elke Biesendorfer), que acaba de tener un aborto, y el nerd jugador de realidad virtual Jon (Julius Gause) están infelices. También está Dio (Elyas Eldridge), hijo de Milena con Godfrey (Toby Onwumere), con quien comparte la crianza.
Cuando su empleada de limpieza muere un día en su cocina, un momento cómico muy peculiar que evidentemente pretende satirizar (y aún así perdonar finalmente) su arrogancia próspera y privilegiada, la familia tiene que contratar a alguien más; esta es la refugiada siria Farrah (Tala Al Deen), que es sabia y omnisciente, con un dolor privado en su propia vida. Farrah introduce a la familia en un tratamiento experimental para la depresión: una luz palpitante y parpadeante en la que se mira para ayudar al cuerpo a liberar endorfinas. La familia de Tim está entrando en alineación mística con Farrah…
Hay bastante energía en esta película, pero es informe y carente de dirección, y parece estar reclamando sin merecer nuestro afectuoso afecto por lo caóticamente adorable y significativo que es todo el asunto. La secuencia final, aunque inicialmente muy llamativa, plantea ideas y estados de ánimo serios que la película misma no puede absorber.
Das Licht (The Light) se proyectó en el festival de cine de Berlín.