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Remi Wolf muestra su excentricidad, corazón e influencias en cada paso que da. La combinación es lo que destacó su singular estilo de pop alternativo en el EP You’re A Dog! de 2019, y ningún artista en el género podría igualar la vitalidad y el maximalismo de su debut grabado en Airbnb, Juno. Aunque grabó su seguimiento en estudios como el famoso Electric Lady de la ciudad de Nueva York y pulió su sonido en consecuencia, se apresura a demostrar que su música no ha perdido nada de su encanto alegre (o su humor excéntrico), comenzando el álbum con el exuberante ‘Cinderella’ – y no es de extrañar, dado que se reúne con su productor y colaborador de mucho tiempo, Jared Solomon. Pero también está decidida a mostrar que hay más en su composición que la juguetona excentricidad que se convirtió en su sello distintivo al principio, poniendo en primer plano la emoción que podría perderse en la impresionante metamorfosis de Juno.
“Podemos pasarnos el día/ Explorando las grandes ideas,” canta Wolf en ‘Kangaroo’, típico de la forma en que puede presentar su gran ambición de una manera casualmente sencilla. Pero esas ideas no son tanto cerebrales como cosas que sientes en el pecho: “amor, lujuria, ira, fantasías, duras realidades, vicios, bajones y subidones,” enumera en los materiales de prensa. Alternar entre estados de ánimo puede hacer que un álbum se sienta desigual, pero Wolf es más que capaz de capturar ese mareo en el lapso de una sola canción, haciéndolo parecer divertido en ‘Cinderella’, donde sus actitudes cambiantes son solo colores del arcoíris. Incluso cuando Wolf amplía su paleta, evita apagar su sonido manteniéndose fiel a ese personaje y la ansiedad que lo define: exhibiendo su voz atronadora a través de la alegre música disco de ‘Toro’, permitiendo que su bravuconería lleve el anhelo detrás del reluciente synthpop de ‘Soup’.
Escrito y grabado durante descansos de giras, Big Ideas parece ser un escape de la vida en la carretera, así como un producto directo de ella. Es una perspectiva potencialmente alienante para aquellos de nosotros que tal vez no nos identifiquemos con esos altibajos particulares, pero nunca se siente excesivamente serio o desagradable. Su visión del aislamiento y el ajetreo de la creciente fama es caótica, sí, y puedes escuchar el costo que tiene en la apasionada ‘Alone in Miami’, pero también es fascinantemente extraña: el sonido de los cripto bros y los vestíbulos de hotel, Timberlake y el techno alemán. Wolf apenas intenta encajar, naturalmente se destaca, y a menudo se ve atrapada en un mundo propio. En ‘Motorcycle’, contrarresta su propia inquietud con el soñador resplandor de compartir una vida aparentemente normal con un amante, de la que se despierta un poco demasiado pronto.
Esas grandes ideas mantienen el álbum animado y atractivo, pero también pueden sentirse confusas. La experimentación psicodélica en ‘Cherries and Creams’ ahoga parte de la dulzura genuina de la canción, mientras que ‘When I Thought of You’ intenta demasiado reflejar un tipo similar de emoción romántica. Pero esta falta de inhibición también lleva a momentos destacados como ‘Wave’, un épico gratificante que puedes imaginar a Wolf cantando en un estadio – lo cual es gracioso considerando que una de sus líneas más audibles es “sexo por teléfono, porno en graffiti.” Wolf realmente no aclara (y calma) sus pensamientos desordenados de manera inteligible hasta el cierre acústico lo-fi ‘Just the Start’, que podría haberse sentido como una idea tardía si no fuera tan conciso y estimulante en su vulnerabilidad. “Sí, me llamo a mí misma artista y a veces pienso que es verdad,” comienza, titubeando antes de comenzar de nuevo, sopesando las implicaciones de esa verdad con cada estrofa. “Lo malo de la persecución es que aqueja a la raza humana,” concluye; y si te está aquejando con sus grandes ideas, esperando que haya alguna posibilidad de que encuentres una pequeña parte de ti mismo en ellas también.
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