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El largo viaje del Real Mallorca a Jeddah, en Arabia Saudí, para jugar en la semifinal de la Supercopa de España contra el Real Madrid el jueves por la noche terminó en decepción, ya que “Los Blancos” se impusieron por 3-0. El equipo de Madrid reservó una cita con el Barcelona en la final del domingo por la noche.
Los campeones reinantes, el Real Madrid, dominaron los primeros 20 minutos, aunque las dos mejores oportunidades cayeron en manos del delantero del Mallorca, Cyle Larin, y las desperdició por amplio margen. El tráfico de un solo sentido no mostraba signos de disminuir a medida que avanzaba la primera mitad, pero el Madrid parecía carente de ideas en el último tercio. Dominik Greif en la portería del Mallorca tuvo una noche inspiradora con una serie de grandes paradas.
Como era de esperar, las altercaciones entre Pablo Maffeo y Vinicius Junior que han sido noticia en varios encuentros a lo largo de los años, resurgieron y ambos jugadores fueron culpables de muchas travesuras fuera del balón. Su enfrentamiento final después del pitido final causó una verdadera trifulca entre ambos conjuntos de jugadores, entrenadores, personal de apoyo y seguridad. El empate 0-0 al descanso fue un resultado justo con nuestra defensa cerrando la puerta en la parte trasera. La única desventaja fue cuando el capitán Antonio Raillo se retiró en el minuto 32 sufriendo un virus de gripe y se sentó en el banquillo con una taza de Lemsip.
La segunda mitad comenzó bien para el Mallorca, aunque no cruzamos la línea de medio campo tan a menudo como deberíamos haberlo hecho. Nuestra defensa comenzó a tambalearse y luego el Madrid hizo lo que mejor sabe hacer, marcar goles tarde. El primero llegó en el minuto 62, un cabezazo de Rodrygo que volvió del poste. El esfuerzo de Mbappé desde el rebote fue brillantemente detenido por Greif, pero esta vez el balón llegó a Bellingham y martilló el primer gol entre un mar de piernas, 1-0. Para entonces, el Mallorca había perdido su chispa y no ofrecía nada en ataque. Nuestra defensa se vio sometida a una presión extrema al final, pero aún así mantuvo su capacidad esperada de resistencia. La derrota por 3-0 fue dura porque los dos últimos goles llegaron de un gol en propia puerta de Valjent y un simple cabezazo de Rodrygo.
RESUMIENDO: Después de quedarnos atrás, el Mallorca no pudo reaccionar y no tuvimos ni un solo disparo a puerta. Eso son dos partidos jugados, seis goles en contra y ni una sola parada de los porteros de Pontevedra o del Real Madrid. El Mallorca regresa a la isla hoy (viernes) y puede mantener la cabeza alta. La Supercopa fue un hermoso y emocionante sueño. Sin embargo, tuvimos nuestras oportunidades y no las aprovechamos. Contra un equipo con la calidad del Real Madrid, si no aprovechas esas oportunidades que son escasas, pierdes. ¡Visca Mallorca!
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