Putin y Kim Jong-un, autócratas acercados por la guerra, se encuentran en Pyongyang.

El presidente Vladimir V. Putin de Rusia se reunió con el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, en su primera visita al país en casi un cuarto de siglo el miércoles, ya que los dos autócratas prometieron construir un frente conjunto contra los Estados Unidos y profundizar los lazos bilaterales que Washington teme que incluirán más comercio de armas. Se esperaba que los dos líderes mantuvieran conversaciones el miércoles antes de que Putin se trasladara a Vietnam.

Putin ha recibido proyectiles de artillería y misiles de Corea del Norte para ayudar a alimentar su prolongada guerra en Ucrania, y se espera ampliamente que busque más de ellos en este viaje. Por su parte, Kim ansía la ayuda rusa para aliviar la escasez de petróleo de su país, mejorar sus sistemas de armas y socavar los intentos de Washington de estrangular su economía con sanciones internacionales.

La alianza Putin-Kim ha alarmado a Washington y a sus aliados, particularmente a Corea del Sur, porque amenaza con socavar sus esfuerzos para frenar los programas nucleares y de misiles de Corea del Norte. También representa una amenaza para el impulso global hacia la no proliferación de armas nucleares. Moscú una vez se unió a Estados Unidos para imponer sanciones de las Naciones Unidas a países como Corea del Norte e Irán por sus programas nucleares, pero esos días parecen haber terminado.

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