La fertilidad disminuye en las mujeres a medida que envejecen, en parte debido a la disminución en la calidad de los óvulos en desarrollo, u ovocitos. Sin embargo, se sabe poco sobre cómo ocurre este proceso y si podría prevenirse o ralentizarse. Un estudio en ratones sugiere que es posible mejorar la calidad de los ovocitos con la suplementación de espermidina.
Se encontró que la espermidina, una molécula antienvejecimiento, tiene el potencial de revertir la fertilidad decreciente en ratones mayores, con posibles repercusiones para los humanos también. La espermidina, un compuesto de poliamina originalmente aislado del semen, fomenta la autofagia, un proceso celular de ‘autoconsumo’ conocido por afectar positivamente al envejecimiento y la longevidad.
Mientras que la espermidina fue encontrada por primera vez en el semen, tiene varias funciones metabólicas en muchos tipos de células y se encuentra naturalmente en todos los organismos vivos. También se encuentra en alimentos comunes, incluyendo queso añejo y productos de soja fermentados, así como en champiñones, peras y papas. Una revisión publicada en la revista Autophagy detalla algunos de los beneficios de la espermidina.
La espermidina también parece actuar como una fuente de juventud, ofreciendo beneficios de longevidad en varias especies. Además de prolongar la vida, los estudios muestran que la espermidina ofrece cardio- y neuroprotección, estimula la respuesta inmunitaria anticancerígena y puede disminuir la inmunosenescencia, el deterioro gradual de su sistema inmunológico, que es una de las principales causas de muerte en los ancianos. Muchos de los efectos antienvejecimiento de la espermidina se cree que están relacionados con su estimulación de la macroautofagia citoprotectora.
De hecho, la potencia de la espermidina es equivalente a la del rapamicina, un medicamento inmunosupresor recetado con propiedades estimulantes de la autofagia que se utiliza en el tratamiento del cáncer.