Apartaos, Tres Gargantas. El último colosal proyecto de infraestructuras de China, si se completa, será la mayor presa hidroeléctrica del mundo, en lo alto del altiplano tibetano en la frontera con India.
China dice que la Estación Hidroeléctrica de Motuo que está construyendo en Tíbet es clave para su esfuerzo por cumplir los objetivos de energía limpia. Pekín también ve los proyectos de infraestructura como una forma de estimular la perezosa economía china y crear empleos.
Pero este proyecto ha suscitado preocupaciones entre los ecologistas y los vecinos de China, en parte, porque Pekín ha dicho tan poco al respecto.
La zona donde se está construyendo la presa es propensa a terremotos. El río tibetano que se está embalsando, el Yarlung Tsangpo, fluye hacia India vecina como el Brahmaputra y hacia Bangladesh como el Jamuna, lo que plantea preocupaciones en esos países sobre la seguridad del agua.
¿Qué se sabe sobre el proyecto?
China anunció a finales de diciembre que el gobierno había aprobado la construcción del proyecto Motuo en los tramos bajos del Yarlung Tsangpo, pero ha publicado pocos detalles al respecto. Eso incluye el costo del proyecto, de dónde vendrá el dinero, qué empresas están involucradas y cuántas personas podrían ser desplazadas.
Lo que se sabe es que la presa estará en el condado de Medog en Tíbet, en un cañón empinado donde el río hace un giro en herradura conocido como la Gran Curva, y luego cae unos 6,500 pies en aproximadamente 30 millas.
Al aprovechar la energía cinética de esa caída, la estación hidroeléctrica podría generar 300 mil millones de kilovatios-hora de energía al año, estimó en 2020 la Corporación de Construcción de Energía de China, o PowerChina. Eso triplicaría la capacidad de la Presa de las Tres Gargantas, actualmente la mayor del mundo, que costó a China cerca de $34 mil millones en construir.
China no ha revelado qué empresa está construyendo la presa, pero algunos analistas dicen que es probable que PowerChina, la mayor constructora de infraestructuras hidroeléctricas del país, esté involucrada. La empresa no respondió a las solicitudes de comentarios.
Los expertos dicen que la construcción en la Gran Curva, un cañón de 500 metros de profundidad sin carreteras, probablemente llevaría una década debido a los desafíos técnicos.
Incluso el diseño básico de la presa es desconocido.
Según Fan Xiao, un ingeniero senior en la Oficina de Geología de Sichuan que habló con The New York Times, una propuesta, que él consideraba un enfoque probable, implicaba construir una presa cerca de la cima de la Gran Curva y desviar el agua a través de enormes túneles perforados en el cañón.
El principal líder de China, Xi Jinping, ha prometido que las emisiones de carbono del país alcanzarán su pico alrededor de 2030 a medida que reemplace el carbón con fuentes renovables de energía. El Partido Comunista gobernante, que utiliza proyectos de obras públicas masivas para mostrar su destreza ingenieril, ha estudiado durante años formas de aprovechar el poder del Yarlung Tsangpo.
¿Existen riesgos ambientales?
Las mismas fuerzas que crearon la Gran Curva representan riesgos para la presa que China está construyendo en ella. El altiplano tibetano se formó por una colisión entre las placas tectónicas india y euroasiática hace millones de años. Hasta el día de hoy, la placa india todavía se mueve lentamente hacia la euroasiática, por lo que el Himalaya es golpeado regularmente por terremotos.
Estos eventos sísmicos amenazan la seguridad de las presas. Los funcionarios chinos dijeron que aparecieron grietas en cinco presas hidroeléctricas en Tíbet después de que un terremoto de magnitud 7.1 golpeara cerca de la ciudad de Shigatse este mes, matando a más de 120 personas.
Incluso si la presa de Motuo se construye lo suficientemente bien como para resistir un terremoto, los deslizamientos de tierra y las avalanchas resultantes de los terremotos son difíciles de contener y pueden matar a personas que viven cerca. Los expertos dicen que la excavación masiva involucrada en la construcción de la presa podría hacer que tales desastres sean más probables.
¿Y la gente que vive allí?
Es difícil saber cómo está siendo recibido el proyecto por los tibetanos y miembros de otros grupos étnicos más pequeños que viven en la zona. Tíbet está fuertemente restringido por el Partido Comunista, que ha alentado a los chinos han a mudarse al altiplano y ha controlado estrictamente la práctica del budismo tibetano. Tíbet está abierto a los extranjeros solo con permiso, y generalmente está prohibido para los periodistas extranjeros.
En el pasado, los tibetanos han realizado protestas contra proyectos de presas hidroeléctricas que amenazaban con desplazarlos, incluida una manifestación el año pasado en la provincia de Sichuan, según un informe de noticias.
Se espera que el proyecto de la presa de Motuo traiga más cambios a Medog, que alguna vez fue el condado más remoto de China. El gobierno ha construido carreteras en la región que han atraído turistas y viajeros de aventuras en los últimos años, según Matthew Akester, un investigador de Tíbet con sede en India.
Ahora, las personas tendrán que ser reubicadas para dar paso a la presa, lo que podría requerir que se sumerjan tierras de cultivo y pueblos. No está claro cuántas personas podrían verse afectadas. Medog tiene una población de 15,000.
Tíbet, que es vasto pero escasamente poblado, no necesita mucha energía, y la capacidad estimada de la presa también excedería lo que requieren las provincias vecinas, dijo el Sr. Fan. Las cercanas Sichuan y Yunnan tienen muchas plantas hidroeléctricas, produciendo más energía de la que la región necesita. Y enviar la energía a largas distancias a otras partes de China sería costoso.
¿Cómo están reaccionando India y Bangladesh?
La presa podría afectar a las personas que viven río abajo en los estados indios de Arunachal Pradesh y Assam, así como en Bangladesh. Si la presa atrapara sedimentos, eso haría que el suelo a lo largo del río aguas abajo fuera menos fértil y erosionaría las riberas de los ríos y costas en India, dijo el Dr. Kalyan Rudra, profesor de ciencias fluviales y presidente de la Junta de Control de la Contaminación de Bengala Occidental, un organismo gubernamental.
Científicos en India y Bangladesh han pedido a China que comparta detalles de sus planes para que puedan evaluar mejor los riesgos del proyecto. Los diplomáticos indios también han instado a Pekín a garantizar que el proyecto no perjudique a los estados aguas abajo. China dice que ha tomado medidas para evitar consecuencias negativas para sus vecinos.
El secretismo de China está alimentando la desconfianza, dijo Genevieve Donnellon-May, investigadora de la Sociedad Global de Oxford con sede en el Reino Unido que estudia la política del agua y los conflictos ambientales. “Sin que Pekín publique datos hidrológicos y planes detallados para la presa, India y Bangladesh están en la oscuridad, por lo que es más difícil prepararse para mitigar cualquier impacto potencial de ella”, dijo.
Tanto China como India se han acusado mutuamente de intentar ejercer control sobre los recursos hídricos con fines estratégicos o económicos, lo que algunos expertos y funcionarios llaman “hidrohegemonía”. La presa podría verse como una forma de proyectar el poder chino cerca de la disputada frontera con India, incluido en Arunachal Pradesh, que China reclama como su territorio.
Dado que está río arriba, “China puede tomar decisiones que afecten directamente al flujo de agua aguas abajo, lo que genera temores en India”, dijo la Sra. Donnellon-May.
Algunos funcionarios en India han propuesto construir una gran presa en un afluente del Brahmaputra para almacenar agua y contrarrestar cualquier reducción en el flujo que la presa del Tíbet podría causar. Pero el Dr. Rudra de la Junta de Control de la Contaminación de Bengala Occidental dijo que tal presa podría provocar los mismos problemas de fertilidad del suelo y erosión.
Saif Hasnat contribuyó con la información. Li You contribuyó con la investigación.