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El ‘gigantesco paso’ de Yamal en La Masia
Antes de ser ascendido rápidamente al primer equipo del Barcelona y a la selección nacional de España, Yamal tuvo que conquistar el salto de cadete a juvenil en la academia La Masia del club.
“Un paso gigantesco”, así lo describe Oscar López, ex jugador del Barcelona que ha pasado los últimos tres años como entrenador del Juvenil A del Barcelona, o sub-19, a Sky Sports.
Yamal, jugador del Barcelona desde los siete años, ya había sido identificado como una estrella en ascenso. Pero a los 15 años, y ya jugando en un grupo de edad superior, mucho dependería de cómo manejara su ascenso de los sub-16 a los sub-19 al comienzo de la temporada 2022/23.
Lamine Yamal con Oscar López mientras trabajaban juntos en el Barcelona
Lamine Yamal con Oscar López mientras trabajaban juntos en el Barcelona
“Ese año fue un proceso muy bueno que tuve que llevarlo a cabo en términos de acoplamiento al grupo de edad, al nivel, a las exigencias”, dice López.
“Porque no es lo mismo jugar como cadete para los sub-16, incluso si estás jugando un año más arriba, como él estaba, que tener 15 años y jugar contra chicos de 20 en la UEFA Youth League.
“Así que tuvimos que hacer un proceso de adaptación con él en el que viera que todo es progresivo y tiene su evolución, y que necesitaba tiempo para aclimatarse, aunque tuviera ese talento innato que está demostrando ahora en la Eurocopa”.
Yamal había pasado fácilmente por todos los grupos de edad hasta ese momento en La Masia.
Esta vez fue diferente.
“El proceso abarcó muchos aspectos diferentes, mental, emocional y físicamente”, agrega López. “Era un chico de 15 años jugando contra chicos cinco años mayores.
“A nivel emocional, todo eso podría haberlo quebrado”.
Por supuesto, no lo hizo. De hecho, lo hizo más fuerte. Pero Yamal no recibió ningún trato especial de López, a quien se le encomendó asegurarse de que produjera aplicación a la altura de su talento.
“En el campo, progresivamente obtenía más minutos, pero eso era resultado de tener que trabajar duro, no porque tuviera 15 años y todos estuvieran diciendo que era un jugador muy bueno”, explica López. “Tenía que ganarse esos minutos.
“Así que durante un par de meses, él iba, trabajaba, entrenaba, obtenía sus minutos. Pero también veía que era solo otro jugador en un equipo donde había chicos que eran tres o cuatro años mayores que él.
“Veía que tenía que despertarse, animarse y hacer un esfuerzo real para ganarse un puesto titular. Estaba mostrando su talento, pero, poco a poco, también estaba adquiriendo la capacidad de superar, crecer y mejorar la habilidad innata que tenía”.
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