El Senado de México ha aprobado una polémica reforma judicial en la que los jueces serán elegidos por voto popular. Sus partidarios dicen que los cambios harán que los jueces sean más responsables ante el pueblo mexicano, pero los críticos argumentan que socava el sistema de pesos y contrapesos del país y fortalecerá el poder del partido gobernante Morena. El proyecto ha desencadenado protestas y huelgas con manifestantes irrumpiendo en el edificio donde se estaba llevando a cabo la votación. La votación en el Senado fue el último obstáculo importante que enfrentaba la legislación, que cuenta con el respaldo del presidente Andrés Manuel López Obrador. Durante una dramática sesión nocturna, un senador de la oposición rompió filas y votó a favor de la reforma, lo que significa que tenía la mayoría de dos tercios necesaria para el cambio constitucional. Habrá un debate adicional sobre los puntos planteados por los legisladores sobre los detalles del proyecto de ley antes de que se le dé su aprobación final, pero la votación general del miércoles por la mañana fue la clave. Su aprobación es una victoria para el presidente López Obrador, cuyo mandato está llegando a su fin el 30 de septiembre. El presidente saliente respaldó la reforma después de chocar repetidamente con la Corte Suprema de México, que durante su mandato de seis años ha bloqueado algunos de sus cambios propuestos en el sector energético y de seguridad. Bajo el nuevo sistema, los jueces de la Corte Suprema tendrán que someterse a elecciones populares.
