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Los organizadores de la gran manifestación que reunió a miles de personas en Palma el sábado han advertido que seguirán saliendo a las calles hasta que el gobierno balear tome medidas y adopte medidas contra la emergencia habitacional y la saturación turística.
“Esto apenas ha comenzado”, aseguró Javier Barbero, uno de los organizadores de la manifestación.
Está convencido de que la manifestación ha ayudado al gobierno a tomar “medidas inmediatas” para detener el colapso inmobiliario, y una de las medidas que menciona como una urgencia es que las Islas Baleares deberían ser declaradas zona caliente de vivienda y que se aplique la ley estatal.
“Si se niega la realidad y aún no se toman medidas, saldremos a las calles hasta que actúen”, dijo.
Barbero cree que ya existen una serie de medidas que se pueden tomar de inmediato, como limitar el aumento de los precios de alquiler, algo que la presidenta balear, Marga Prohens, ya ha dicho que no hará. De hecho, la presidenta insistió en que no pondrá límites a los alquileres.
“Queríamos denunciar la situación de la vivienda, pero también creemos que tenemos que replantearnos el modelo turístico con respeto”, dijo. “No estamos diciendo ‘no’ al turismo”, agregó Barbero.
“La respuesta fue increíble y superó todas las expectativas”, añadió Barbero.
“El tamaño de la manifestación refleja la sensación de asfixia de los ciudadanos”.
Insiste en que esto apenas ha comenzado porque es urgente actuar contra la emergencia habitacional “dramática”.
Según datos de Exceltur, una organización del sector, el turismo genera el 45% del producto interno bruto de las islas.
“Queremos que las autoridades impidan que personas que no hayan vivido aquí más de cinco años compren propiedades y que se pongan más controles sobre los alojamientos turísticos”, dijo Carme Reines, de un colectivo que organizó la protesta en Palma de Mallorca.
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