La primera evidencia de canibalismo infantil en el este de España hace más de 6.400 años ha sido confirmada en una cueva de la provincia de Alicante.
Esto sigue a extensas pruebas científicas tras dos descubrimientos durante excavaciones en curso en la Cova del Randero en Pedreguer.
La zona fue utilizada como una carnicería, donde los pastores llevaban ganado para ser sacrificado.
En 2018 se encontró allí una mandíbula humana que se cree pertenecía a un niño de seis o siete años.
Había sido procesada de la misma manera que cabras y ovejas antes de ser servida como alimento.
Los expertos descubrieron que la mandíbula tenía marcas de mordeduras humanas.
En 2021, se encontró el cúbito de un recién nacido que mostraba signos de un ritual caníbal, lo que bien podría ser un descubrimiento único en España.
Las mordeduras humanas fueron identificadas por un equipo especializado en marcas de mordeduras en animales.
Rafael Martínez, jefe de Arqueología del Instituto Valenciano de Conservación, Restauración e Investigación, dijo: “Las marcas fueron hechas en hueso fresco poco después de la muerte de los dos niños.”
“Son estigmas característicos, y evidencia muy clara de manipulación humana con una presencia muy significativa en la Cova del Randero”, añadió.
El trabajo de excavación ha sido financiado durante los últimos 14 años por la Diputación de Alicante.
El líder del proyecto conjunto, Jorge Soler, explicó que el canibalismo era una actividad relativamente común durante el período Neolítico en toda Europa, pero principalmente concentrado en Andalucía en lo que respecta a la Península Ibérica.
El consenso general sobre los descubrimientos en la Cova del Randero es que formaban parte de actividades ritualísticas vinculadas al duelo funerario.
La colega de Soler, Consuelo Roca de Togore, dijo: “Había un pensamiento donde la muerte se proyecta en la vida y hace que el recuerdo de un ser vivo y amado sea propio”.
El sitio consta de una habitación exterior y varias habitaciones interiores.
“El exterior estaba destinado al ganado”, explicó Soler, “y las interiores eran las habitaciones de los pastores”.