Los juzgados de Orihuela han abierto una investigación sobre la venta ilegal de chatarra por parte de empleados del ayuntamiento que presuntamente ha sido tomada de un almacén municipal en la carretera Molins, junto a la Jefatura de la Policía Local.
Se dice que el fraude ha estado ocurriendo desde al menos 2019, aunque se cree que se remonta mucho más atrás. El personal reconoce que no se llevan inventarios de los depósitos de chatarra en el almacén municipal, por lo que no hay registro de las entradas, ventas o disposiciones posteriores.
Según el periódico español Diario Información, los gerentes enviaron al personal a vender piezas de chatarra que habían sido retiradas del uso y almacenadas en el almacén municipal.
El personal visitó varias empresas, en el Polígono de Puente Alto, Almoradí, Los Montesinos y en la carretera a Alicante-Murcia, y después de realizar la venta, entregaban el dinero al gerente, quien hacía uso gratuito de él, sin ingresarlo en las cuentas municipales.
Según varios testigos, a medida que se acercaba la Navidad, cada año, el gerente ordenaba que los elementos metálicos fueran llevados a un chatarrero local para aumentar el fondo.
Se estima que el dinero, que rondaba los 7.600 euros, se gastó en almuerzos para el personal, así como en la instalación de dos aires acondicionados, que costaron 1.300 euros, y dos televisores, que se colocaron en las áreas de descanso utilizadas por los grupos de albañiles y jardineros.
En mayo de 2023, un informe de Hacienda encontró que las cuentas municipales no tienen registro de ningún ingreso por la venta de chatarra.