Los eventos de la primera mitad de 2024 resaltaron una lección crucial. Ningún sistema de salud es inmune a los ciberataques. Estos ataques afectan la atención al paciente y pueden llevar a consecuencias financieras significativas, incluidas demandas colectivas y multas de HIPAA y la Comisión de Valores y Bolsa (SEC).
Sin embargo, un impacto a menudo pasado por alto de un ciberataque es su efecto en el ciclo de ingresos. Un estudio reciente de la Asociación Americana de Hospitales reveló que una violación de ciberseguridad en una entidad de compensación resultó en una pérdida diaria de ingresos de casi $1 millón para el 60% de los hospitales afectados.
Mientras que los hospitales tienen planes de contingencia para eventos como cortes de energía y clima extremo – generadores de respaldo, enfriadores secundarios y fibra para la cobertura de internet – típicamente pueden descuidar las vulnerabilidades en el ciclo de ingresos.
La redundancia financiera es esencial para mantener las operaciones tras un ataque. Este artículo cubre el concepto de redundancia financiera en RCM y recomienda medidas proactivas para hospitales y socios de gestión del ciclo de ingresos/entidades de compensación.
Cinco costos de inactividad en la gestión del ciclo de ingresos
Incapacidad para presentar reclamos o recibir pagos: Las interrupciones pueden detener el flujo de ingresos, afectando la estabilidad financiera de los proveedores de atención médica. En tales casos, los proveedores pueden necesitar depender de reservas de efectivo. Aplicar una infraestructura en la nube múltiple puede ayudar a mitigar este riesgo al diversificar el almacenamiento de datos y reducir la probabilidad de un único punto de fallo.
Fallo en procesar los requisitos de elegibilidad o autorización del seguro: Esto puede retrasar la atención al paciente, presentar un riesgo de reembolso innecesario y llevar a un retraso en las tareas administrativas. Para manejar el problema, puede ser necesario extender los plazos de pago con pagadores y proveedores. Establecer despliegues híbridos que combinan soluciones locales y en la nube proporciona una mayor resiliencia y flexibilidad en la gestión de datos del ciclo de ingresos.
Incapacidad para calcular costos y cobertura de medicamentos: Esta situación afecta la fijación de precios de los medicamentos y la facturación de los pacientes, lo que potencialmente puede llevar a costos y retrasos en el tratamiento. En respuesta, los proveedores pueden recurrir al procesamiento en papel, recurriendo a procesos manuales intensivos en mano de obra que sobrecargan al personal ya limitado. La monitorización continua de los sistemas puede garantizar una detección temprana y una respuesta rápida a cualquier problema, minimizando así el tiempo de inactividad.
Disrupción en la verificación de la cobertura del seguro: Los pacientes a menudo enfrentan incertidumbres sobre su cobertura, lo que lleva a posibles retrasos en el tratamiento. Para abordar este problema, los proveedores podrían considerar adoptar una estrategia de entidad de compensación secundaria/de respaldo. Es crítico mantener sistemas de respaldo integrales que almacenen datos de forma segura y puedan accederse rápidamente en caso de un fallo del sistema o una violación de datos.
Recursos de comando de incidentes/respuesta a crisis: Un enfoque fragmentado a la respuesta a incidentes puede exacerbar la crisis, lo que lleva a un manejo ineficiente de la situación. Asegurar la redundancia en la planificación a través de la infraestructura en la nube múltiple, despliegues híbridos, monitorización continua y sistemas de respaldo integrales fortalece aún más la capacidad de gestionar tales crisis de manera efectiva.
Los sistemas de salud que priorizan la redundancia financiera pueden evitar opciones de último recurso y reducir significativamente el impacto de las interrupciones en el flujo de efectivo, la atención al paciente y el bienestar del personal. La redundancia financiera garantiza que los gastos hospitalarios se mantengan, permitiendo que se pague al personal y que las operaciones continúen, lo que ayuda a mantener la moral y la preparación operativa. También apoya el mantenimiento del flujo de efectivo para promover operaciones financieras fluidas y prevenir interrupciones en la prestación de servicios.
Además, protege la gestión de la cadena de suministro, asegurando que los suministros médicos y los medicamentos estén disponibles sin interrupciones. Además, la redundancia financiera proporciona un colchón contra golpes financieros inesperados, lo que permite a la organización mantener servicios esenciales sin comprometer la calidad o accesibilidad. Al implementar la redundancia financiera, las organizaciones de atención médica pueden proteger funciones críticas, garantizar la continuidad de la atención y mantener la estabilidad incluso durante fallas en el sistema financiero. Este enfoque proactivo no solo mejora la resiliencia, sino que también fomenta la confianza y la seguridad entre pacientes, personal y partes interesadas, asegurando la viabilidad a largo plazo de las operaciones de atención médica.
Foto: CreativaImages, Getty Images
Greg Surla es el Vicepresidente Senior y Director de Seguridad de la Información en FinThrive. Con más de 30 años de experiencia, ha trabajado en una amplia gama de industrias, incluido software, gobierno, manufactura y más. Greg tiene una gran habilidad en Arquitectura de Seguridad, Planificación de Continuidad del Negocio, Pruebas de Penetración, Inteligencia Empresarial, Gobernanza y Cumplimiento Regulatorio, y Gestión de Amenazas/Vulnerabilidades.
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