El martes, el proyecto de ley de presupuestos de 2025 debía haber sido presentado para su aprobación por el Parlament de les Illes Balears. Pero la presidenta Marga Prohens retiró el presupuesto de la agenda.
Su partido Partido Popular, que forma el gobierno (en minoría), espera poder asegurar la aprobación el próximo martes, ya que el PP ha entrado en negociaciones con los partidos de la oposición de izquierda.
Estas negociaciones fueron el resultado de una ruptura con Vox. El PP ha dependido del apoyo de Vox desde las elecciones de 2023, pero el pacto de acuerdos postelectorales con Vox está más que muerto y enterrado.
En principio hay acuerdo entre el PP y la izquierda. El PP ha aceptado una demanda de la oposición de no derogar la ley de memoria democrática, algo en lo que Vox ha estado insistiendo. A cambio, la oposición no bloqueará la aprobación del texto original de la ley de simplificación administrativa tan publicitada por el gobierno, que entró en vigor por decreto en marzo.
Aún hay puntos por pulir, por lo que esto aún no está cerrado. Sin embargo, si se concreta, significará que el gobierno no tendrá que prorrogar el presupuesto de 2024 para el próximo año. No descartaría por completo contemplar unas elecciones, pero sería menos probable.
Vox había anunciado que estaba dispuesto a buscar un acuerdo con el PP para apoyar el presupuesto, ya que el PP se había abierto a “negociar formas de acuerdo en el tema de la libertad lingüística”. El PP lo niega rotundamente. “No cambiaremos el presupuesto a cambio de destruir la convivencia en las aulas”, dijo el portavoz del gobierno, Antoni Costa.
Vox había hecho del idioma en la educación una táctica clave de negociación presupuestaria, insistiendo en que el castellano tenga al menos el mismo peso que el catalán como idioma de enseñanza.