“
Soller, la ‘isla dentro de una isla’, está entrando en la zona corporativa con la inquietud de muchos sollerics. La llegada del Jumeriah en 2010 al hotel local propiedad de la zona del Valle de Sóller fue un cambio de juego. Ahora, de los 36 hoteles en la federación hotelera local, 19 son propiedad de cadenas hoteleras. Los hoteles de Sóller del pasado eran los desarrollos comerciales de agricultores locales y empresarios de la época. Fueron pioneros, y muchos pasaron a comprar hoteles en otros lugares y en algunos casos, en otros países.
Esto prepara el escenario para la actual visión enojada donde algunos jóvenes locales creen que su derecho de nacimiento ha sido regalado. Las viviendas que alguna vez podrían haber esperado de herencias familiares, se han vendido. Están luchando por encontrar hogares asequibles.
¿Es este progreso inevitable con víctimas? ¿Es esta una tendencia que debería haber sido detenida hace mucho tiempo mediante intervención gubernamental? ¿Es este el cambio que nadie podría haber previsto cuando el turismo nació en Mallorca hace más de 60 años? Sea cual sea la razón, estamos en medio de un debate problemático. Un mercado libre y la movilidad que permite a trabajadores y propietarios de negocios seguir el dinero, es una de las consecuencias de ser parte de la UE.
Los jóvenes de Mallorca tienen que encontrar su propio camino para vivir sus vidas y ganar lo suficiente para financiarla. La consecuencia de todos los problemas financieros de Sóller significa que muchos están buscando en el extranjero su futuro. Algunas familias lamentan las ventas de sus propiedades y negocios. Han disfrutado del dinero y de todo lo que compra, pero están muy descontentos por la partida de sus jóvenes.
En el pasado, el fracaso de los cultivos de naranja envió a muchos de la isla a trabajar a Francia y otros países. Hoy en día, son los bajos salarios y la falta de vivienda lo que los ve en camino.
“