La boxeadora italiana Angela Carini llegó a los Juegos Olímpicos de París con el objetivo de ganar una medalla en honor a su difunto padre y entrenador, quien falleció poco después de que ella participara en los Juegos de Tokio hace tres años.
Pero la actuación de Carini en París duró solo 46 segundos el jueves antes de que abandonara su combate contra la oponente argelina Imane Khelif, con una mancha de sangre en sus pantalones cortos.
Aunque Carini dijo que no estaba haciendo una declaración política sobre Khelif, quien fue descalificada de los campeonatos mundiales del año pasado después de no pasar una prueba de elegibilidad de género no especificada, el movimiento reabrió el debate sobre el estatus de Khelif.
La boxeadora italiana, de 25 años, compite en la categoría de 66 kilogramos. Ganó medallas de plata en los campeonatos mundiales y europeos en 2019.
También fue campeona en los campeonatos europeos juveniles. Perdió su primer combate en Tokio.
El apodo de Carini, “tigre”, le fue dado por su padre, Giuseppe.
Carini era una campeona italiana en tiro al plato antes de cambiar al boxeo. Hizo el cambio para seguir a su hermano, quien también dejó el tiro para dedicarse al boxeo.
“Mi hermano y mi padre me enseñaron boxeo”, dijo Carini. “Les debo todo a ellos”.
Carini intercambió algunos golpes rápidos antes de abandonar su combate, una ocurrencia extremadamente rara en el boxeo olímpico. Carini no estrechó la mano de Khelif después de que el árbitro la levantara formalmente. Lloró en el ring después de hincarse de rodillas.
Sus acciones generaron una discusión mucho más allá de París sobre si Khelif debería haber sido permitida competir después de no pasar una prueba de elegibilidad de género no especificada de la ahora prohibida Asociación Internacional de Boxeo. La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, discutió el tema con el presidente del COI, Thomas Bach, durante una reunión en París el viernes.
El COI ha defendido repetidamente el derecho de Khelif a competir esta semana.
Después, Carini, aún llorosa, dijo que abandonó debido al dolor causado por los primeros golpes de Khelif, agregando que su nariz sangraba después.
“Mi cara y mi nariz me dolían”, dijo Carini, según el diario deportivo italiano Gazzetta dello Sport. “Ya no podía respirar. Pensé en mi familia, miré a mi hermano en las gradas y fui a mi esquina para retirarme. Nunca me habían golpeado con un golpe tan poderoso”.
Carini agregó que no fue una acción premeditada.
“Toda esta controversia me entristece”, dijo Carini. “Lo siento por mi oponente también. Si el COI dijo que ella puede pelear, respeto esa decisión”.
Carini se disculpó por no estrechar la mano de Khelif después del combate.
“No fue algo que tuviera la intención de hacer”, dijo Carini. “De hecho, quiero disculparme con ella y con todos los demás. Estaba enojada porque mis Juegos Olímpicos se habían esfumado. No tengo nada en contra de Khelif. De hecho, si volviera a encontrarme con ella la abrazaría”.
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