Cuando la cantautora del sur de Londres, Poppy Ajudha, puso fin a un hiato de dos años con el lanzamiento del sencillo My Future, un impresionante himno de amor propio y resolución sobre la grandeza de la ambición, evidentemente estaba llevando su formulación de pop-soul jazz en una nueva dirección. Su álbum debut, The Power in Us, reflexionaba sobre temas políticos audaces, desde los derechos al aborto hasta las fronteras, pero en su segundo álbum, Poppy traza el desarrollo emocional de Ajudha, con vulnerabilidad y una lírica precisa. En Take Somebody to Love, con voces divinamente crecientes y capas corales, Ajudha anhela abiertamente el amor y reprende firmemente a alguien por “nunca aparecer”.
El álbum prospera en su mezcla de ritmos y estados de ánimo, desde las sedosas y lánguidas voces de R&B en Temptation y Ego Boost, hasta la esperanza optimista y llena de sol en Lean on Me. Te invita a los monólogos internos de Ajudha, la joven de una “vieja ciudad” que sueña con el estrellato y la escapada en Girl Next Door, y los sentimientos conflictivos pero desafiantes de seguir adelante justo después de una ruptura con la mejor amiga. La variedad estilística en general, desde lentas y rápidas, soulful y funky, acompaña su búsqueda de amor y significado.
Sus letras traviesas y juguetonas son un verdadero placer: Candy encuentra un buen recorrido en metáforas de confitería – “No es mi culpa que estés enamorado de mí, se está poniendo pegajoso” – y es una canción efervescente como un polvo de sherbet. Pero la balada de cierre, Crossroads, evoca las complicaciones del amor en tonos más sombríos, sobre cuerdas y piano. La voz dulce de Ajudha es seductora, pero es su lírica franca la que nos atrae tan profundamente.