Polonia ha suspendido temporalmente el derecho de los migrantes que llegan a Polonia a través de su frontera con Bielorrusia de solicitar asilo. El primer ministro Donald Tusk anunció que esto sucedería después de que el polémico proyecto de ley, que permitirá a las autoridades polacas suspender este derecho por un máximo de 60 días a la vez, fuera firmado por el presidente Andrzej Duda. Tusk dijo que se adoptaría “sin demora”, mientras que Duda dijo que los cambios eran necesarios para fortalecer la seguridad en las fronteras del país. Sin embargo, el proyecto de ley ha sido criticado por grupos de derechos humanos, incluida Human Rights Watch, que dijo que la UE debería emprender acciones legales contra Polonia si se implementaba. El grupo instó al parlamento del país el mes pasado a rechazar el proyecto de ley, diciendo que “va en contra de las obligaciones internacionales y de la UE de Polonia” y podría “cerrar completamente la frontera entre Polonia y Bielorrusia, donde las autoridades polacas ya llevan a cabo devoluciones ilegales y abusivas”. El gobierno dijo anteriormente que la suspensión solo se aplicaría temporalmente a personas que representen una amenaza para la seguridad del estado, por ejemplo, a grandes grupos de migrantes agresivos que intenten asaltar la frontera. Se harán excepciones para menores no acompañados, mujeres embarazadas, personas mayores o enfermas, cualquier persona expuesta a “un riesgo real de daño grave” al ser devuelta y ciudadanos de países acusados de instrumentalizar la migración, como Bielorrusia. Tusk ha desestimado las críticas de los grupos de derechos humanos. “Nadie está hablando de violar los derechos humanos, el derecho de asilo, estamos hablando de no conceder solicitudes a personas que cruzan ilegalmente la frontera en grupos organizados por Lukashenko”, dijo en octubre. Desde 2021, Polonia, Lituania, Letonia y Finlandia han visto un gran aumento en el número de personas que cruzan ilegalmente sus países desde Bielorrusia y Rusia. Las autoridades polacas han enviado miles de soldados y guardias fronterizos para patrullar su frontera con Bielorrusia y han construido una valla de acero de 5,5 metros de altura a lo largo de 186 km de la frontera, donde a veces varios miles de migrantes han quedado atrapados. Los grupos de derechos humanos estiman que más de cien personas han muerto en las fronteras entre Bielorrusia y Polonia, Lituania y Letonia desde 2021. Los países del flanco oriental de la UE y la Comisión Europea han acusado a las autoridades bielorrusas y rusas de utilizar la migración como arma para crear una nueva ruta hacia la UE y desestabilizar el bloque.
