POLOWCE, Polonia (AP) — La presidencia de seis meses de Polonia en la Unión Europea está firmemente centrada en la seguridad. Mientras la mayor guerra terrestre de Europa en décadas continúa, pocos lugares destacan los desafíos y contradicciones de defender el bloque y sus valores de manera más clara que la frontera con Bielorrusia.

Unos 13.000 guardias fronterizos y soldados protegen alrededor de 400 kilómetros (250 millas) de frontera. Se ha convertido en una zona de amortiguación desde que el aliado de Bielorrusia, Rusia, invadió Ucrania hace tres años. Fortificaciones similares más al norte delimitan la frontera de Polonia con la región rusa de Kaliningrado.

Polonia es el principal respaldo logístico de Ucrania. La mayoría de las armas, municiones y equipos suministrados por Occidente que ayudan a mantener a flote a las fuerzas armadas de Ucrania transitan por allí. Mientras tanto, Rusia utiliza Bielorrusia como base para su invasión.

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En la frontera cerca de la ciudad de Połowce, una barrera de acero de 5,5 metros (18 pies) adornada con alambre de púas y coronada por cámaras de seguridad separa a comunidades que una vez fueron amigables y que la guerra ha convertido en rivales cautelosos. Drones, helicópteros y vehículos blindados vigilan.

El cruce fronterizo está cerrado. Alrededor de 40 guardias fronterizos y tropas pudieron verse el 16 de enero, cuando la presidencia de la UE de Polonia invitó a 60 reporteros de medios internacionales a presenciar el esfuerzo de seguridad.

El camino estaba lleno de capas de obstáculos de hormigón y alambre de púa que probablemente disuadirían a un ejército en avance. Los guardias fronterizos miraban hacia Bielorrusia.

Es necesario, dice el gobierno en Varsovia, porque Rusia y Bielorrusia están librando una especie particular de guerra híbrida: ayudando a grupos de migrantes —en su mayoría de África o Medio Oriente— a cruzar la frontera para provocar y desestabilizar a Polonia y al resto de Europa.

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“Hemos endurecido nuestra política de visas, y sobre todo hemos decidido suspender el derecho de asilo dondequiera que estemos lidiando con cruces masivos de fronteras organizados por Bielorrusia y Rusia”, dijo el primer ministro Donald Tusk a los reporteros el viernes.

Cuando los migrantes son equiparados con peligro

El año pasado se detectaron casi 30.000 intentos de cruces fronterizos. La mayoría son hombres jóvenes, a menudo de Etiopía, Eritrea y Somalia. Las autoridades polacas dicen que llegan a Bielorrusia con visas de turista o estudiante y son ayudados a cruzar por una tarifa que oscila entre los $8,000 y $12,000.

Polonia dice que son asistidos por los servicios de seguridad de Bielorrusia y otros “organizadores”. Son principalmente ucranianos, quizás en apuros desde que huyeron de la guerra. Los guardias fronterizos afirman que son atacados rutinariamente. Un guardia fue asesinado el año pasado y varios resultaron heridos.

Dicen que los migrantes disparan resorteras, lanzan pequeños explosivos o piedras, o usan gas pimienta contra los guardias. Más de 400 incidentes fueron registrados el año pasado en esta sección de la frontera, con 307 personas hospitalizadas.

El subcomandante de la división de guardias fronterizos de Podlaski, el coronel Andrzej Stasiulewicz, dijo que los migrantes son difíciles de disuadir. “Los disparos de advertencia no funcionan, por lo que se necesita fuerza”, dijo. A los reporteros se les mostró videos y fotos que supuestamente muestran a los migrantes asaltando la frontera.

Stasiulewicz dijo que sus acciones son “muy impredecibles, y muy precisas y coordinadas.”

El grupo de ayuda médica Médicos Sin Fronteras pinta una imagen diferente. La organización dice que ha tratado a más de 400 personas desde noviembre de 2022, “muchas de ellas varadas durante semanas en bosques inhabitables y expuestas a prácticas violentas en la frontera.”

Las personas sufrieron de agotamiento, hipotermia, deshidratación y problemas de salud mental. El año pasado, señaló “un fuerte aumento de personas con cicatrices de agresiones físicas, incluyendo moretones y mordeduras de perros.”

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Es casi imposible verificar de forma independiente tales informes. El área está prohibida. Las ONG y los medios deben solicitar un permiso para ingresar. Las agencias de la UE y internacionales que trabajan con migrantes tampoco son invitadas, aunque se proporcionan sus datos de contacto a los migrantes por si desean presentar una queja.

“Devoluciones” no “rechazos”, insiste Polonia

Stasiulewicz dijo que quienes se abren paso “son devueltos a Bielorrusia, lo que está en línea con nuestro marco legal.”

El Consejo Noruego para los Refugiados, una organización benéfica de ayuda a los migrantes, tiene otra opinión. Dijo que cerca de 9.000 “rechazos violentos” han sido reportados por ONG en lo que describe como la “zona de muerte de Europa” desde 2021.

Los rechazos —privar a alguien que puede temer por su seguridad de su derecho a solicitar asilo— son ilegales bajo el derecho internacional.

El subsecretario de Estado polaco Maciej Duszczyk rechaza las acusaciones de rechazo. Prefiere “devoluciones”. La razón es que los migrantes están obligados a solicitar asilo de buena fe en puntos de cruce fronterizo abiertos, no a abrirse paso.

El lugar más cercano donde pueden hacerlo es en Terespol, a unos 100 kilómetros (60 millas) al sur de Połowce.

Detener el asilo en nombre de la seguridad

Según las autoridades polacas, sus métodos están funcionando. El número de personas que llegan a Połowce ha disminuido significativamente. Alrededor de 670 personas solicitaron asilo allí el año pasado, y ninguna hasta mediados de enero. La Oficina de Extranjeros estaba vacía cuando los reporteros visitaron.

Para mantener los números bajos, el gobierno tiene la intención de suspender las solicitudes de asilo en tiempos de crisis.

Un proyecto de ley que avanza en el parlamento vería la frontera cerrada durante 60 días si Varsovia sospecha que los migrantes están siendo “weaponizados” —si se acercan a la frontera en grandes grupos, intentan intimidar a los oficiales polacos o dañan la infraestructura fronteriza.

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“Si alguien usa violencia contra los guardias fronterizos, cerramos la frontera”, dijo Duszczyk.

Médicos Sin Fronteras dice que esto podría tener “consecuencias dramáticas.” Insta a Polonia “a cambiar drásticamente el rumbo de acción” y hacer todo lo posible para proteger a los migrantes y refugiados.

Pero los líderes de la UE respaldaron las acciones de Polonia en una cumbre el mes pasado. Los países en el flanco oriental de Europa recibieron luz verde para suspender el derecho a la protección cuando creen que Bielorrusia y Rusia están “weaponizando” a los migrantes.

Cuando la seguridad y la migración se vuelven políticas

En última instancia, las políticas de seguridad y migración están altamente politizadas. Tusk ha estado en el poder durante más de un año, pero el candidato de su partido en las elecciones presidenciales de mayo se enfrenta a un fuerte desafío por parte de un oponente nacionalista.

La UE se inclinó aún más a la derecha en junio después de las elecciones al Parlamento Europeo, con nacionalistas y populistas sacudiendo los cimientos de Europa, especialmente en las grandes potencias como Francia y Alemania. Tusk cree que una política migratoria dura puede recuperar votantes.

“Si no queremos ceder estos asuntos a radicales, extremistas, populistas, debemos encontrar las respuestas adecuadas para que nadie en el mundo dude de que los estados democráticos son capaces de defenderse de manera efectiva contra la migración ilegal”, dijo el viernes.

Describió la “dura protección” de las fronteras como un “deber sagrado”. Las fronteras de Polonia también conforman la frontera exterior de la UE de 27 naciones. Para Tusk, la seguridad de su país es la seguridad de Europa. Es un argumento similar al hecho por el primer ministro nacionalista Viktor Orbán de Hungría.

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Los escritores de Associated Press Monika Scislowska y Vanessa Gera en Varsovia contribuyeron a este informe.

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